Recientemente se posesionó el ingeniero Rodolfo Torres, exconcejal de la ciudad por varios períodos y experiencia en sector transporte, cuando ocupó un importante cargo en la Regional Norte de Santander y Arauca del extinto Instituto Nacional de Transporte y Tránsito, el cual fue reemplazado por la Dirección Territorial de Ministerio de Transporte.
Su paso por la actividad legislativa, le permitió conocer la evolución de la Secretaría de Tránsito de Cúcuta, por cuanto el presupuesto y plan de acción, pasó por sus manos en algún momento y de ahí que tanto la concesión de los principales trámites como la existencia de convenios no le es extraño y por el contrario, pienso que puede avanzar con relativa agilidad.
Creo que uno de los mayores problemas que debe afrontar, es el manejo y responsabilidad que tiene el Secretario en calidad de supervisor del convenio con la Policía Nacional, representado en el cuerpo operativo de Tránsito y Transporte, por cuanto su antecesor tuvo algunas fricciones con el alto mando policial por el presunto cambio de órdenes a los subalternos y por consiguiente, evidente distanciamiento entre autoridades en detrimento de la movilidad.
Por fortuna, hoy se encuentra un nuevo oficial de reconocida trayectoria policial, con quien esperamos los ciudadanos, exista el respeto por lo suscrito en el convenio que existe con nuestra querida institución y se evidencie la presencia de los servidores públicos en los sitios críticos debidamente identificados.
Sin embargo, la llegada del ingeniero Torres, es recibida con el arranque de dos proyectos que sin duda alguna, infartarán el flujo vehicular hacia las dos principales ciudadelas de la ciudad (Atalaya y La Libertad) y de ahí la perfecta relación que debe reinar entre la dependencia responsable de la movilidad, la parte operativa en cabeza de la Policía Nacional y los contratistas.
En caso de fallar el Plan de Manejo de Tránsito contemplado en el artículo 101 de la ley 769 de 2002, lloverán truenos y centellas en contra de la administración y muy probablemente el malestar de la ciudadanía se reflejará en los resultados del próximo proceso electoral.
Sugiero entonces, la revisión detallada de lo autorizado o de lo que se autorizará, toda vez que la tarea no es nada fácil y por el contrario, un verdadero reto al conocimiento y la experiencia, el cual debe enfrentar el nuevo funcionario a quien le deseo éxitos y pulso firme.