Colombia ha venido dando pasos importantes para convertir el turismo en una herramienta para generar desarrollo, captar divisas y producir transformaciones de infraestructura en las diversas zonas del país.
Sin duda la estimulación del sector ha tenido desarrollos importantes y nuestra imagen en el mundo promocionando nuestras playas, parques naturales, pueblos patrimonio y la diversidad cultural ha servido bastante.
También la transformación de muchos aeropuertos, comenzando por el de Bogotá, que hoy se ha distinguido como el mejor de Suramérica y el segundo de América Latina, que lo ha llevado a transportar 40 millones de personas en el año y lo ha colocado en el puesto 20 del ranking mundial, hasta el punto de haber copado ya su capacidad.
Colombia es un país muy diverso en materia turística, con muchas potencialidades por descubrir; varios medios lo ubican dentro de los más atractivos del mundo y todo conlleva a que es urgente desarrollar procesos y materializar infraestructura. El turismo es exigente y si no logra encontrar las condiciones favorables no vuelve, y seguramente tampoco lo recomendará como destino turístico.
Las regiones tienen grandes expectativas al respecto pues se requieren vías eficientes, gama hotelera para todos los estratos, escenarios de recreación, medios de transporte de buena condición, personal capacitado para la atención, cultura ciudadana y muchas cosas más.
Lo que es necesario y urgente, es la estructuración de un gran plan turístico, desde luego concertado con los habitantes de cada zona implicada, para que puedan dirigirse recursos con el propósito de obtener los medios necesarios para impulsar el sector.
En estos momentos, según el Dane, el turismo en nuestro país está creciendo a una tasa del 15%, pero crecer más va a ser difícil si no hay infraestructura.
En el caso de Colombia, muchas zonas están requiriendo instrumentos urgentes; las vías son en extremo deficientes y muchos lugares requieren inversión adicional para convertirlos en verdaderos atractivos. Nuestras regiones poseen un potencial enorme en los más diversos sectores, pero el tema todavía está muy crudo para la mayoría, porque no existe un plan de desarrollo que esté dando los pasos seguros para alcanzar metas ciertas.
Tenemos que aprender mucho de nuestros vecinos como Perú, Argentina y Brasil; también Panamá y Costa Rica, para que podamos estar en condiciones de avanzar.
No podemos olvidar de que los países que han logrado afianzarse en este renglón, hoy tienen poderosos ingresos por concepto de divisas y a su vez han obtenido mejorar sus metas de empleo y el impulso general de la economía. Tenemos que pasar entonces del deseo a la concreción de los planes que estén en capacidad de identificar las realidades del potencial.
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