Las encuestas electorales son un dolor de cabeza para algunos y motivo de celebración para otros, todo depende de los resultados, ha pasado antes y ocurre ahora que estamos próximos, tanto así como un mes para la primera vuelta. El último sondeo de opinión dado a conocer realizado por Invamer para El Espectador y los medios de comunicación del mismo grupo, de nuevo muestran a Gustavo Petro liderando la intención de voto seguido esta vez por Federico Gutiérrez, lo cual no parece sorprender a nadie, excepto por el crecimiento del candidato del Equipo por Colombia que pasó de 8,7 a 26,7% en los dos últimos meses.
Pero el aspecto más comentado a raíz de las cifras divulgadas esta semana es el desplome de Sergio Fajardo, candidato de la coalición Centro Esperanza. Esta es la tercera vez que este político paisa y exgobernador de Antioquia aspira a la presidencia, lo hace blandiendo las banderas de la independencia de los partidos y dirigentes tradicionales y ubicado en el centro de los espectro de las ideas políticas, lo cual hacía que se constituyera en una alternativa sana de cara a la polarización entre izquierdas y derechas.
Hace cuatro años al perder en primera vuelta, ocupó el tercer lugar con 23,7% de los votos luego de lo cual se fue a observar ballenas en el pacífico, fue entonces cuando le llovieron rayos y centellas por su aparente indiferencia, sus votantes se quedaron esperando una directiva suya con relación a la segunda vuelta. Hoy todavía se lo recuerdan.
Si esta última encuesta se da por acertada, ubica a Fajardo en el cuarto lugar con apenas 6,5% lo cual se traduce en un desplome desde 18,9% en febrero según la misma encuestadora, dejándolo en la práctica fuera de la carrera presidencial. Sin embargo, el candidato ha manifestado que no se va a rendir y pide a sus adeptos no desilusionarse.
Ante este panorama muchos han sido los análisis hechos para buscarle una explicación a la caída de simpatizantes por sus ideas. Unos piensan que las peleas internas en su coalición que originaron el aislamiento de Ingrid Betancourt enviaron un mensaje adverso la esencia de ese grupo. La falta de contundencia en sus propuestas lo sigue presentando carente de mayor decisión frente a temas cruciales para el país. Sus asesores no han tenido la capacidad para situarlo como una verdadera opción de cambio, tampoco surtió efecto su equipo de medios porque su imagen se ha ido languideciendo.
Así las cosas a este candidato las cuentas en el actual momento de la contienda no le cuadran y por ello se ha rumorado sobre una alianza con Rodolfo Hernández quien a hora lo supera y cuenta a su favor con el 13,9% de los posibles voto. Pero hecho el estudio detallado, esta unión no es posible por el hecho que Sergio Fajardo se presentó a la consulta interpartidista y tiene la obligación de llegar hasta la elección en primera vuelta so pena de ser multado.
Errores de cálculo en la campaña del matemático antioqueño lo tienen por fuera de toda posibilidad y se pierde una opción por la que se hicieron apuestas al inicio de la campaña por representar una candidatura desprendida de la rabia y el miedo que mueven la polarización camino de la casa de Nariño. De todas formas el destino de Fajardo esta vez no puede estar en Nuquí, departamento de Chocó porque cualquiera sea el resultado en las urnas tendrá que dar orientaciones a sus seguidores de cara a la segunda vuelta.
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