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Escasez de tierras raras
Las llamadas tierras raras son muy especiales y su abundancia varía notablemente.
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Viernes, 4 de Octubre de 2024

La demanda de bienes de capital y de materias primas para industria y agricultura está presionada por el crecimiento y por la mejoría generalizada del ingreso. El desarrollo tecnológico y la educación produjeron mejoras de productividad, poniendo nueva demanda de bienes primarios que parecían sin futuro como nos lo trataron de vender los defensores del decrecimiento y los ideólogos de la bucólica, que ven la sociedad como un regreso a la humanidad simple y natural del taparrabo, eso sí con un celular para poder trinar.

El mundo sigue quemando energía fósil y los grandes productores de petróleo, gas y carbón aprovechan esta oportunidad para las próximas tres generaciones, acumulando recursos que les permitan una transición próspera cuando se agote. Los que se envuelven en la bandera verde sin tener velas en el entierro de la contaminación y del cambio climático, se quedarán sin fósiles y sin transición. En el interregno, mantendrán altos los precios de la energía que se reflejarán en los demás sectores, incluidos los alimentos.

Las llamadas tierras raras son muy especiales y su abundancia varía notablemente. Se descubrieron y estudiaron durante los últimos tres siglos en Europa y con detalle en Escandinavia, de cuyos topónimos y epónimos se derivan varios de sus nombres. Se usan para desarrollos tecnológicos de punta como energía solar, medios de contraste de las resonancias magnéticas, rayos láser, bombillas LED y monitores sísmicos. También para las unidades de disco duro, la medicina nuclear y la fibra óptica. Indispensables para los carros eléctricos, los chips, las pilas de combustible, los reactores y aceros especiales, solo para nombrar algunos ítems en los que son cruciales.

China es el principal tenedor, productor y ya casi consumidor de estas tierras raras tan preciadas para la economía moderna. Lo es también de antimonio, en parte importado de Rusia, inexorable para la manufactura de munición militar ordinaria, misiles, armas nucleares y visores nocturnos. Recientemente, el Ministerio de Comercio chino decidió limitar la exportación de antimonio a los destinos mundiales, el pasado 15 de este mes. “La decisión pondrá de cabeza a los militares europeos”, comentó un intermediario en Londres, en momentos en que Putin no va a negociar por ahora el fin de su guerra en Ucrania. De inmediato, EEUU aceleró las licencias para que sus propios yacimientos empiecen producción rápidamente, dadas las tensiones mundiales. También se afectarán los costos de las energías renovables.

La limitación del antimonio se suma a otras medidas ya tomadas por China en el último tiempo. El galio y el germanio están restringidos y alimentan la industria de semiconductores, necesarios entre otros, para los celulares, computadoras portátiles, consolas de juegos, microondas, refrigeradores y carros. Restringió igualmente la venta de los poderosos magnetos para altavoces y auriculares, las herramientas inalámbricas, los trenes rápidos y las LED.

Se pagará un altísimo precio por las restricciones que ponen a China en la cima de la geopolítica y generan dependencia en los demás países, especialmente los más desarrollados y Taiwán. El aumento en bolsa de las mineras chinas, que oscila este año entre 60 y 150%, muestra la tendencia global a subir inventarios. Chile, Brasil y Bolivia, preparan los proyectos de explotación de la bonanza de tierras raras.

En Colombia oímos del Coltán. No fue el anuncio de un gran proyecto para la industria electrónica, sino la reiterada información sobre su explotación ilegal por contrabandistas extranjeros, y mafias y guerrillas locales.

Ningún gobierno incluido, el de Petro, tiene derecho a renunciar a ingresos colosales para la nación, desechando minería y energía fósil. No hay un inventario de tierras raras. Nos dedicamos estos dos años a impedir que los recursos naturales se usen para nuestro beneficio, nuestro futuro y, en este caso, para los de la humanidad.

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