Vivimos una época en que los funcionarios dicen sandeces impunemente, la prensa los replica sin comentar y los colombianos seguimos metidos en esa dialéctica de la estupidez que permitió eliminar las líneas morales. Hoy se discuten como si nada amnistías a los delincuentes, reincidentes o no, mientras se demoniza el estado democrático y las fuerzas del orden se vuelven “bandoleros” a controlar. Hoy la gente se pregunta cuanto quiere Petro de la tributaria como si el país fuera una piñata, y peor aún, en las regiones lo llaman para todo, como una especie de invocación a un semidios. Algo nos pasó como sociedad para llegar hasta aquí.
Pero veamos algunas perlas que muestran el grado de irracionalidad a que hemos llegado. Gustavo Bolívar el escritor narco tan querido por nuestra vulgar televisión opinó sobre el retiro del mico de la amnistía a Primera Línea y los defendió diciendo que eran jóvenes que luchaban contra una reforma tributaria y que por eso habían sido condenados y no por los actos criminales que cometieron. Y es el mismo que saca a los de la Primera Línea a defender la reforma tributaria de Petro. En resumen, la Primera Línea de Bolívar e Iván Cepeda hace asonadas en contra y en apoyo de reformas tributarias. Y nuestras Cortes, cooptadas por la izquierda, no hacen nada contra los autores intelectuales y sacan sentencias antievidentes que son una forma elaborada de sandez.
Pero el campeón en declaraciones es Gustavo Petro. Después que por sus intervenciones la devaluación alcanzó cotas estratosféricas, salió a decir, que como Estados Unidos era el culpable de eso, la solución era exportar más a Estados Unidos para traer dólares. Y dijo que había dado la orden a su ministra de Comercio Exterior, ¡de aumentar sustancialmente las exportaciones a Estados Unidos! En su mente ideologizada y la de sus seguidores, la economía es una cosa de deseo de un burócrata convertido en semidios. Y mientras despotrica contra el petróleo, el mayor renglón de exportación de Colombia al que Estados Unidos puede decidir no comprar pues no lo necesita, por ser uno de los mayores productores de hidrocarburos a partir del fracking, demonizado en Colombia por el ambientalismo anárquico y “militante”, “ordena” exportar.
En dos meses Petro logró que Ecopetrol perdiera casi un 40% de valor accionario y ahora que se tomó la junta dijo que la orden a sus miembros era subir el valor de la empresa a pesar de las embestidas antidesarrollo de los ministerios de minas y energía y ambiente. Pide subir lo que él bajó y sigue amenazando con acabar con la industria de hidrocarburos.
Y dio otra orden a sus ministros: cerrar las trochas fronterizas operadas por los grupos criminales que ahora están en espera de amnistía en la paz total. Y dijo que había que hablar con Venezuela para acabar la corrupción del Cartel de los Soles.
De verdad no tiene límites. O tiene patología siquiátrica o nos cree, en gran parte con razón, que somos bobos. Petro sabe que en Colombia una palabra vale más que mil hechos (así llegó a la presidencia) y por eso sigue diciendo sandeces de manera incontrolable.
Parafraseando a Chespirito, ‘la gente sigue diciendo que tu y yo somos bobos Lucas’. Y parece que ahí nos quedamos.
Noticula. Parece que el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, está mostrando cada vez más problemas cognitivos que han disparado las alertas. Ante la posibilidad real de una recesión mundial, una situación política caliente con Corea del Norte, una relación cada vez más tensa de Occidente con China respecto a Taiwán, un actuar cada vez más desquiciado de Putin ante su fracaso militar en Ucrania y el correspondiente efecto sobre el precio y disponibilidad de hidrocarburos, creo que es un riesgo mortal tener como comandante en jefe de las fuerzas militares estadounidenses a una persona sin todas sus capacidades mentales. Otro presidente siquiátrico. Tiempos difíciles.