Mucho se ha dicho sobre la devaluación del peso colombiano, aunque lo discrepante es el comportamiento entre locales y extranjeros. Son los mismos hechos, decretos y comentarios, pero las interpretaciones son diferentes. Según el Banco de la República, en los primeros nueve meses de 2022 la inversión extranjera directa aumentó 62.4% frente a 2021 con un sesgo de hidrocarburos y minería que subió 78.6%. En paralelo, la inversión directa de colombianos en el exterior aumentó 35.2% durante el mismo periodo. Así, mientras muchos locales están saliendo del país al percibir un aumento del riesgo, muchos extranjeros están entrando, en busca de activos baratos. Aunque es demasiado temprano para saber qué efecto primará, lo cierto es que tanta incertidumbre no es buena, la inversión necesita confianza. Tanto anuncio impreciso, no ayuda.
Por su parte, la devaluación no es un tema específico de Colombia, según The Economist, en lo que va de este año, el dólar se apreció 18% frente a las 12 principales monedas del mundo. La combinación de la pandemia con la inflación global contribuyó a una percepción de riesgo generalizado que fortalece el dólar. En momentos de incertidumbre, los inversionistas buscan activos seguros y, como dicen los venezolanos, “no hay dólar caro.” El refugio en estos momentos son los mercados financieros de EE.UU.
En paralelo a este fenómeno, el alza de las tasas de interés en EE.UU. hace que el capital golondrina migre buscando mejores retornos. Esto tiene eco, casi de inmediato, en otros bancos centrales que al ver devaluada su moneda y con el temor de importar la inflación, incrementan sus tasas de interés locales, atrayendo inversión extranjera. Frente a la coyuntura, casi todas las monedas se están devaluando frente al dólar.
En el ranking de 103 monedas que publica La República, con 16.9%, el peso colombiano era el 24 más devaluado a nivel global en el 2022, hasta el 24 de octubre. No necesariamente es nuestra moneda la que más ha perdido valor, pero en América Latina solo Argentina se devaluó más que Colombia. El mercado espera dos incrementos adicionales de 0.75% de EE.UU. en el corto plazo, esto no se acabado.
A pesar de un record de remesas hasta agosto de US$5.532 millones, la OPA por el control del Sindicato Antioqueño, y hasta el 23 de septiembre, un superávit en la balanza comercial, el peso se está devaluando más de la cuenta. Muchas familias colombianas están comprando propiedades en el exterior, abriendo sociedades para sacar su patrimonio o vendiendo activos en el país. Que hay nervios, los hay, que tengan razón, aún está por verse.
A tan solo 77 días de iniciar el Gobierno, todavía no se han materializado los cambios de fondo, sobre cuyas promesas el Gobierno ganó las elecciones. A la fecha no hay decretos sustanciales ni leyes que afecten la estructura social y económica. El papel de MinHacienda corrigiendo comentarios de otros, deben tener todo nuestro respaldo. Cuando los funcionarios públicos opinan, no es para hacer una lluvia de ideas o explorar. Ahora, independientemente de si los locales o los extranjeros tienen la razón, sin duda a largo plazo Colombia sigue siendo un país con mucho futuro. Ojalá la turbulencia actual no se vuelva permanente, la plata que se va se demora en volver.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion