Hace unos días, un vehículo de servicio público tipo buseta, arrolló a dos conductores de motocicleta en plena Diagonal Santander que esperaban cambio de luz en un semáforo.
Según lo publicado por este y otros medios, el accidente ocurrió debido a una falla en los frenos del automotor y como resultado, dos lesionados y daños en las motocicletas.
Hay dos versiones que vale la pena revisar. La primera, la noticia es titulada: “Falla en los frenos por poco desata una tragedia”.
La segunda, se constituye en la redacción de la misma, al publicar: “Según las autoridades de Tránsito, la buseta presentó problemas mecánicos y no frenó”.
Al respecto, conocí un video de pocos segundos, captado por alguna cámara de seguridad del sector y se puede observar que el “angelito” que iba conduciendo la buseta, no venía a marcha lenta, sino por el contrario, su velocidad es evidente y dado que se trata de una arteria que no ofrece pendiente alguna, se presume que venía conduciendo a alta velocidad.
En cuanto a la segunda hipótesis, afirma el redactor que el accidente se debió a problemas mecánicos.
Esa teoría es tan irresponsable como la primera, por cuanto el dictamen aparece luego de una experticia del vehículo y además, comprobar que su revisión técnico mecánica, aprobó el buen funcionamiento de las partes y que lo sucedido no era posible evitarse. Faltó profundidad periodística.
La situación expuesta, junto a la contaminación que generan un alto porcentaje de estos elementos que sirven el transporte público, son las pruebas que saltan a la vista de todos los ciudadanos y que forman parte de la inmensa problemática generada por la combustión de motores, muchos de ellos con su vida útil cumplida y dentro de la tragedia, laxo control de la autoridad operativa de tránsito, como quiera que la misma Ley 1383 de 2010 en el parágrafo 1° numeral 8, establece el procedimiento que debe aplicar, pero infortunadamente, no se hace.
El accidente ocurrido, no pasó a mayores consecuencias, pero si la falla ocurre en alguna de las rutas con pendientes pronunciadas, en horas donde la afluencia de estudiantes es alta, es muy probable que el luto hubiese llegado a varios hogares y la investigación sobre los hechos, un saludo a la bandera y eso no debe seguir sucediendo.
En conclusión, no hay acciones contundentes de los responsables de la movilidad frente al estado técnico mecánico de los actores de la movilidad que prestan servicio público y ante la presencia de una amenaza mortal viral ampliamente conocida, se le suma descontrolada emisión de gases contaminantes, y por lo tanto tendremos en corto plazo, consecuencias que se pudieron mitigar con decisiones oportunas, lo cual me lleva a pensar si efectivamente, hubo falla en los frenos o una serie de irregularidades recurrentes.