El tema de las fotomultas ha generado opiniones en todos lo sentidos, aunque a decir verdad, no gozan de buena aceptación por las circunstancias que se suceden entre el organismo de tránsito, el concesionario y el presunto infractor.
En Villa del Rosario y en Los Patios, adjudicaron el negocio en la pasada administración y las injusticias que vieron, no tuvieron el eco necesario puesto que la mayor parte de los conductores objeto de sanción, agotaban todos los recursos y el porcentaje de éxito para librarse de la sanción, fue mínimo.
El problema radicaba en el plazo que establecía la norma anterior para notificar al infractor, el cual se ajustaba a Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, pero infortunadamente el Congreso del momento, aprobó una ley que hoy es aprovechada por las empresas que se lucran de tan jugoso negocio, habilitando el término “validar la infracción” y de ahí que usted es sancionado o sancionado.
Ahora con la autorización expedida por el ministerio, ninguna persona se escapa de un comparendo evidenciado por medios técnicos y tecnológicos o equipos detectores de infracciones, por cuanto la única válvula de escape fue detonada por medio de la Ley 1843 de 2017, cacareada por el Gobierno como una maravilla en materia legislativa, cosa que no es cierta y no merece aplausos.
Considero que al no estar reglamentado el tema, las sanciones impuestas antes de la sanción de la última norma citada, carecen de peso legal toda vez que el Estado las creó en la Ley 769 de 2002, pero dejó muchos vacíos los cuales fueron aprovechados por expertos en banquetes de carácter legal.
Ahora el mismo Ministerio de Transporte le acaba de regalar la Navidad anticipada al concesionario de Cúcuta, al aprobar los nueve sitios para la instalación de equipos de fotodetección, de los cuales el que más me preocupa es el número uno, ubicado sobre la Avenida Cero entre Diagonal Santander y calle 8. Frente al parque de la Fuente Luminosa.
Es realmente insólito que el ente rector del transporte en Colombia, apruebe una trampa tan exageradamente grande, sin que tuviese una evaluación del sistema de semaforización, muy regular a malo hasta la fecha, porque los responsables del lucrativo contrato no han sincronizado los mismos y ahora menos les va a interesar hacerlo.
Me atrevería a apostar que este sitio será el líder en injusticias y para evitarlas, aumentará el uso de vías alternas para evitar caer en semejante locura vial, con marcadas deficiencias en materia de ingeniería del transporte.
Es muy necesario que una vez instalas las cámaras de fotodetección, se socialice por todos los medios el alcance de las infracciones, porque vendrán muchas sorpresas desagradables como resultado de tan indiferente e irresponsable posición del Ministerio de Transporte y de la Superintendencia de Industria y Comercio, que guardó hermético silencio respecto a las calibraciones que debieron hacerse a los equipos de fotodetección pasado el primer año de su instalación, cosa que nunca sucedió.