No podía faltar el escándalo de fin de año, y este último por cuenta de lo que dijo el canciller, un hombre cercano a los 80 años, quien a pesar de su edad no deja de contestar con burla y desinterés a los temas de Estado. Ante la pregunta del periodista de Caracol de las razones del porque su hijo se había reunido en París con los interesados en la licitación de los pasaportes, la primera explicación, acompañada deuna buena dosis de descaro: “Mi hijo estaba era sirviéndoles de guía a los invitados, no tuvo nada que ver con la licitación”. Según eso, su ingenuo primogénitolos paseó por la Tour Eiffel, Chatelet, y seguramente los Campos Elíseos.
Sin duda, muy amable el hijo del canciller. Y el periodista le sigue preguntando. ¿Y no cree doctor Leyva que si se adjudica la licitación de manera irregular, tendrá un alto costo para el país al cabo de algunos años? Nuevamente el descaro de nuestro jefe de relaciones internacionales.
“Si ello llegare a ocurrir, cuando salga la sentencia, yo llevaré varios años bajo tierra”. Que pulcritud y lujo de diplomático tenemos en Colombia.
Y es que en Colombia nuestros políticos usualmente dicen frases disruptivas, insultantes vergonzantes para referirse a un episodio. “Todo fue a mis espaldas”, dijo hace 30 años Samper, para desvirtuar cualquier responsabilidad suya en el ingreso de dineros del narcotráfico a su campaña. El país aún no se recupera de los efectos nocivos de ese episodio, de esa frase, de esa burla; la perversidad moral de esa expresión viniendo de un presidente es profunda. Mucha gente, muchos servidores públicos pensarán, si eso hizo el presidente para llegar a la primera magistratura, ¿porqué no lo puedo hacer yo en el cargo que estoy desempeñando ahora? Y así las cosas, quien le puede decir que no. Hace poco cayó una red de corrupción en la Dian, en la que se demostró que uno de quienes había obtenido mayor lucro, era un notificador.
Seguramente había votado por Samper, y en algún momento le quedó sonando, que en lo de la Dian todo también se hacía a sus espaldas. Por estos días aquí en Cúcuta hay algo de eso, al mejor estilo del Canciller. En una entrevista a un periodista, un señor que está entregando la oficina por estos días, no recuerdo su nombre, alcanzó a decir “que sus obras se iban a ver en el 2050”.
“Robó pero hizo”. Una expresión que hizo parte del lenguaje popular, con la que incluso en algunas reuniones políticas, salía a relucir como un argumento para descalificar a otro mandatario, que siguiendo la frase, robó pero no hizo. No se qué podría pensar Churchill de una expresión de estas, cuando en alguna ocasión llegó a decir que “la democracia es el peor sistema de gobierno, con excepción de todos los demás”. No se me ocurre pensar de como calificaría ese sistema de gobierno el ex primer ministro inglés. Es probable que nunca la alcanzó a conocer, ni otra, muy coloquial, muy de la costa: “Ustedes los cachacos si son complicados. Al rebusque, le llaman peculado”. Nuestra idiosincrasia da para todo, para más frases célebres – no propiamente de navidad -, y no era sino ver hace unos meses al “Noño Elías”, quien saliendo de la cárcel, regresó a su tierra, a Sahagún – Córdoba, ovacionado por toda la población que salió a recibirlo, y dijo son serenidad, seguro de sí mismo:”regresé para ocuparme nuevamente de los problemas de mi región”.
Cuando hablo con mis amigos de estos temas, hasta en Macondo hubo corrupción. Para ello no es sino recordar el último capítulo de la “Mala hora” de Gabo, los empresarios de un circo que por el río salen de Macondo, tristes porque el alcalde les pidió una coima muy alta, y ya de ida, el jefe del circo le dice al alcalde: “adiós teniente h……”
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion.