Amables lectores: Desde hace más de un año el gobierno del Presidente Santos viene siendo calificado por la oposición como “derrochón” e “irresponsable”. No prioriza en sus desembolsos y solo se guía por la “presión política y se aleja con facilidad de la disponibilidad fiscal”. Esto ha quedado claramente definido según manifestado por el periodista Héctor Hernández M, en su agencia de noticias, cuando afirma que por fortuna, el mismo Presidente Santos en una reciente sesión de gabinete puso en su puesto a algunos Ministros quienes con “la disculpa de la paz”, lanzaron “ingeniosas ideas que golpean cualquier chequera”. Textualmente, manifestó el periodista Hernández, que el presidente expresó: “Lo que no se hizo en 200 años no se puede hacer en un año”. Algunos creen que en aras de la paz hay que hacer cualquier cosa, “hasta emitir billetes”. El doctor de La Calle, jefe negociador, entra en esta querella manifestando que para la paz se necesita más impuestos y nuevas operaciones de crédito, cuando perfectamente conoce que existe en trámite una reforma tributaria integral y que el país no resiste más endeudamiento. La euforia por la paz no debe desencadenar un inusitado derroche con base en “ideas creativas” ya ventiladas en el consejo de Ministros poniendo en riesgo la seriedad en el manejo fiscal y que pierda el país su grado de inversión ante las calificadoras de riesgo internacional.
El Presidente, en este consejo de Ministros, fue enfático en manifestar que: “Hay muchas cosas por hacer, para consolidar la paz”, pero todo debe hacerse con calma, porque este es un proceso largo que puede durar muchos años.
Algunos en la calle manifiestan que para nada son importantes los gastos sino que se debe solucionar de una vez por todos los desequilibrios sociales que padece Colombia desde la época de la Colonia. Este grupo apoya “genialidades” tales como que BanRepública utilice las reservas internacionales en pro de la paz o dejar de lado la regla fiscal y cuadriplicar el déficit fiscal o endeudar al país sin tope alguno. “Geniales estos planteamientos” para llevar a nuestra economía a un desastre económico peor que el de Alemania en la posguerra donde debido a emisiones, los billetes casi sin valor ante la galopante inflación eran utilizados para hacer barquitos de papel y jugar con ellos en los parques de las ciudades Alemanas. Por fortuna, frente a estos funcionarios derrochadores, están otros como el actual Ministro de Hacienda y los sensatos miembros de la Junta directiva del Banco de la República, que piensan que la paz es muy importante pero también lo es la estabilidad económica y que la paz se debe consolidar sin arriesgar la regla fiscal, ni la credibilidad del Banco Central ni el grado de inversión de Colombia.
Infortunadamente, Humberto de la Calle, jefe de negociación del gobierno ante las Farc y muy seguramente candidato a la Presidencia de la República para el 2018, sigue insistiendo con el acompañamiento del expresidente Cesar Gaviria que para financiar la paz se necesitan más impuestos y más créditos. Por fortuna en Colombia todavía existe una tecnocracia de economistas que han impedido que nuestra economía se desmadre o que los gobiernos incumplan con sus deudas en el exterior. Colombia nunca ha entrado en “default” y hoy la constitución de 1991 blinda la autonomía e independencia de BanRepublica.