Cuenta la leyenda que la muerte de un deportista, en este caso Kobe Bryant, conmocionó al mundillo deportivo, por lo que representaba para el basquetbol no solo de los Estados Unidos, sino de todo el mundo.
Un accidente de helicóptero terminó con la vida de uno de los más grandes practicantes de este deporte, ampliamente reconocido en la cancha por su genialidad y fuera de los coliseos por su señorío y afecto que despertaba entre los aficionados; por esto último es que más se ha lamentado su trágico deceso.
Bryant jugó y vivió el básquet con intensidad, su padre practicó este deporte y de él aprendió a quererlo.
Murió cuando acompañaba a su hija Gianni, la heredera de su pasión de basquetbolista, ella se dirigía a jugar un partido en el Mamba Sports Adademy, institución fundada por Kobe en 2018.
Este es un centro deportivo que tiene como meta formar deportistas en diversas disciplinas y acompañar la actividad física con un buen desempeño escolar.
Al momento de fallecer ya estaba retirado, luego de haber ganado con el único equipo en el cual militó, Los Lakers de los Ángeles, el campeonato de la liga norteamericana (NBA) en cinco ocasiones, fue 2 veces campeón olímpico representando a su país, ostentaba varios records, entre ellos ser el máximo anotador en dos temporadas.
Como todo llega a su fin, un día Kobe Bryant tuvo que dejar la cancha, eso ocurrió el 14 de abril de 2016.
Fue una fecha marcada en la historia de la NBA, se marchaba quien había defendido los colores de una misma marca durante muchas temporadas y lo había dado todo.
Una reseña del último partido, fue esta: esa fecha será recordada como el día que Kobe Bean Bryant se retiró del baloncesto profesional, tras 20 años al más alto nivel, y anotando 60 puntos.
Su última temporada, además de estar cargada de emotividad, estuvo marcada por ser una de las peores a nivel individual de la estrella angelina.
Las lesiones, especialmente aquella rotura del Aquiles en 2013, habían lastrado el físico del escolta de Philadelphia (allí había nacido).
La muerte de este gran jugador de baloncesto nos trae a la memoria las épocas brillantes de este deporte en Cúcuta.
La otrora llamada capital basquetera de Colombia, se ha quedado sin los jugadores y los campeonatos que tantas alegrías brindaron a los aficionados locales.
No tenemos a nivel nacional la misma figuración en las categorías de aficionados con la selección Norte, ni profesionales.
La cancha, ahora Coliseo Toto Hernández, está huérfana de esas emociones. No obstante hay varias escuelas de formación en esta disciplina que hacen su trabajo con esmero.
Deberíamos retomar el semillero que siempre dio buenos resultados, ellos eran los campeonatos intercolegiados, para volver por el sendero del triunfo que nos acreditó en el resto del país.
Para que el recuerdo y el legado de Kobe perduren es preciso ajustar a este extraordinario jugador la frase: “Los héroes van y vienen, pero las leyendas son para siempre”
jorgepabonl@yahoo.com