Desde hace cinco años, el grito de “independencia” a partir del minuto 17 y 14 segundos, por parte de los hinchas del FC Barcelona, se convirtió en un ritual cada vez que su equipo actúa en casa frente al Real Madrid. El tiempo coincide con el año (1714) en que el rey Felipe V entró con sus tropas a Barcelona. Pero este multitudinario coro puede acabarse si se cumple la separación de Cataluña, pues la UEFA (Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol) no reconocería al equipo catalán y, en consecuencia, no se volvería a ver el clásico que más llama la atención en el planeta y que en solo apuestas mueve 25 millones de euros.
Real Madrid y Barcelona lideran el ingreso total de los 30 clubes europeos más importantes. El Barcelona es el equipo que más dinero gana, pues en la temporada 2016-17 recaudó 708 millones de euros. Muchos analistas no descartan la opción de que la UEFA conceda el permiso al equipo catalán para actuar en la liga española, tal como pasa con el Mónaco en Francia. Mónaco es un país demasiado pequeño, con pocos habitantes y solo tiene fronteras con Francia. Junto con Ciudad del Vaticano son los dos únicos estados soberanos europeos que no son miembros de la UEFA.
Esto es apenas una parte de los altos costos que tendrían que pagar España y Cataluña si se da la separación. Cataluña está ubicada en el nordeste de la península ibérica en límites con Francia, en una superficie de 32.113 kilómetros cuadrados, con una población de 7.523.000 habitantes distribuidos en 947 municipios y un Producto Interno Bruto(PIB) de 223.629 millones de euros en 2016. Es uno de los motores de la economía española en industria, investigación y turismo. Es la primera región exportadora de España con un aporte del 25 por ciento de ventas al exterior. El territorio catalán aportó el año pasado a las arcas españolas 16.000 millones de euros.
Su capital es Barcelona con una población de 1.609.000 personas, la segunda ciudad más importante de España después de Madrid y la undécima en la Unión Europea. Ocupa el quinto lugar en Europa en materia de startups (Empresas emergentes con una fuerte relación con la tecnología). Allí se celebraron los Juegos Olímpicos de 1992, recordados como los mejores de la historia. Por esto y por mucho más, el periódico británico Financial Times exaltó a Barcelona como la mejor ciudad para vivir.
Como se puede concluir, en este pierde-pierde, el golpe es duro para las dos partes de no llegarse a un acuerdo. Según las agencias de certificación financiera S&P y Fitch, se corre el riesgo de que Cataluña entre en recesión. Esto, además de salir de la Unión, de la Eurozona y de perder el apoyo del Banco Central Europeo (BCE). La cadena de consecuencias económicas, sociales y jurídicas es larga tanto para la ciudadanía como para las empresas catalanas y españolas.