El atentado terrorista a la escuela de cadetes de policía general Santander, ocurrido el jueves 17 de enero del presente año en Bogotá, ha llevado a todo tipo de hipótesis y respuestas, unas esperadas, otras no tanto. El más probable candidato a ser responsable de este atentado es el eln, aunque en la prensa se ha vuelto costumbre que, si lo desmiente un grupo ilegal, como hizo el epl con la tripulación del helicóptero en el Catatumbo, eso se tome como una verdad fehaciente y se empiecen a buscar otras opciones.
Usualmente las cosas son lo que parecen, aunque hay personas como Pastor Alape que “lanzan” la teoría que pudo ser la “extrema derecha”, enemiga de la paz, para acabar con el proceso con esa guerrilla. A propósito, lo que no se explica es porque no se ha levantado esa mesa. Son otras de las cosas desconcertantes del gobierno Duque.
A Pastor Alape lo secundan personajes como Iván Cepeda, el inefable e inaguantable expresidente Samper, y varias periodistas radiales como Camila Zuluaga de Blu Radio o Diana Calderón de Caracol Radio, quienes “rememoraron” las épocas de apaciguamiento de su ídolo, el Nobel Juan Manuel Santos, quien no solo les dio la “paz”, sino abundantes cantidades de mermelada, en forma de nepotismo, contratos o publicidad, y piden más apaciguamiento.
Para quienes todavía no saben que es la política de apaciguamiento, es bueno recordarles lo que dijo Winston Churchill, que debió pelear una guerra de 6 años por culpa de esa política, que de otra manera habría durado seis meses: “Un apaciguador es alguien que alimenta a un cocodrilo con la esperanza de que se lo coma de último”. En Colombia los cocodrilos están vivos y ahora pontifican desde el congreso.
Existe una conexión clara y directa entre el régimen mafioso que usurpa el poder en Venezuela y las guerrillas colombianas. Baste con saber que Iván Márquez de las farc-farc, es decir miembro del partido farc, según los magistrados “alineados” de la JEP y de las mal llamadas disidencias, según se deja ver en su último video, está alojado en el estado Apure, y Nicolás Gabino Bautista, el jefe del eln se esconde en Venezuela para evitar una circular roja de interpol.
Y ese régimen venezolano es hoy enemigo del país, lo que llevaría a que caso de un conflicto con Venezuela esos personajes sumaran a su prontuario de asesinatos, secuestros, extorsiones, maltrato a menores, destrucción de bienes, el de traidores a la patria, a menos que la JEP diga otra cosa.
Los expertos dicen que un ataque de estos toma entre 3 y 4 meses, lo que nos dejaría en los días siguientes de subida de Duque al poder, y de que éste estableciera su posición frente al régimen dictatorial de Nicolás Maduro, y bien pudieran Maduro o Diosdado, querer “mostrarle” a Colombia de lo que son capaces, en caso de que Colombia siga enfrentando al “régimen popular bolivariano”, sin pueblo, pues se están saliendo, para lo cual usaron a sus extremistas colombianos, a quienes les encanta tanto matar colombianos.
Investigar la participación activa de Venezuela en este atentado es necesario y ya hay pistas apuntando hacia allí. El vehículo hizo revisión técnico-mecánica en Arauca, zona elena, y vecina del estado Apure, donde vuelve a jugar a la guerra y al negocio del narcotráfico, Iván Márquez, después de la caída de su sobrino y de su socio Jesús Santrich. De ser cierta esta conexión, Colombia debería cortar relaciones con Venezuela, un régimen cada vez más peligroso para la seguridad nacional del país, y entrar en estado de alerta, buscando neutralizar los agentes internos del cartel de los soles que hoy se encuentran infiltrados en las instituciones colombianas. Este momento debe ser un punto de inflexión para dejar de jugar a la democracia mamerta y defender al país en una de sus horas más oscuras.
Pero no solo es bala; es urgente que este gobierno reaccione y haga los proyectos de infraestructura de seguridad nacional que tanto necesitamos, como la carretera marginal del Catatumbo y su prolongación a la conexión con el Arauca. Llevar el desarrollo a esas zonas de la frontera más amplia y peligrosa del país es un acto de elemental seguridad, así otra cosa piense la soberbia y mediocre burocracia técnica nacional.
Empezó el 2019 con un gran desafío; espero que este se responda adecuadamente por el gobierno nacional, porque de lo contrario terminaremos el año con escalofríos.