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La dictadora
En principio no sabía si titular esta columna ‘La dictadora’ o ‘La totalitaria’, porque entre una y otra la diferencia es muy poca.
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Sábado, 13 de Junio de 2015

En principio no sabía si titular esta columna ‘La dictadora’ o ‘La totalitaria’, porque entre una y otra la diferencia es muy poca. La distinción la tomé partiendo del hecho de que en una dictadura se ejercita el poder en beneficio de una minoría que apoya a la persona que lo ostenta, a la vez que se generan mecanismos que imposibilitan la llegada al poder la oposición.

Desde el pasado mes de abril llegó a Noticias RCN Claudia Gurisatti, una periodista vallecaucana con casi veinte años de experiencia en el oficio. Tomó las riendas de este portal noticioso gracias al aval absoluto de Carlos Julio Ardila, el dueño del canal RCN y de millonarias industrias colombianas. No obstante, no cuenta con la armonía laboral necesaria dentro de un ambiente periodístico con tanta tensión, y no porque el equipo de trabajo no se la haya querido brindar, sino porque llegó con cambios y directrices radicales que enojaron a más de uno. Entre estos cambios figuran el despido de Camilo Chaparro y Jairo Gómez. De igual manera, a los pocos días de que Gurisatti asumiera la dirección, renunciaron Juan Carlos Ossa, Luisa Ballén y el editor judicial, Juan Carlos Giraldo. Todos ellos, opuestos a la plataforma ideológica de la caleña, quien abiertamente apoya al Centro Democrático y a Álvaro Uribe Vélez.

Una fuente cercana a la dirección de Noticias RCN comentó que Gurisatti comenzó recortando los segmentos de las noticias sobre el proceso de paz, y luego dio aviso a los periodistas para dejar de hacerlas del todo. La idea era opacar los diálogos que se están dando en La Habana. No obstante, algunas personas del canal no estuvieron de acuerdo y prefirieron tomar otros rumbos. Juan Carlos Giraldo fue una de ellas, a quien, en su momento de presentar la renuncia, la directora del noticiero le ofreció hacer un programa los domingos si ella lo dirigía. Giraldo no se dejó convencer ni iba a tomar ese premio de consolación, por el contrario, salió por la puerta grande y con muchas ofertas de trabajo. Todavía no acepta ninguna.

La situación laboral de Noticias RCN no termina allí. Lo más grave es que hay vacantes para buenos cargos, con buen salario y buen horario, pero nadie los quiere aceptar.

Gurisatti se ha convertido en una dictadora de un portal noticioso que cuenta con millones de personas en su audiencia. Definitivamente, esto no le hace bien al rating ni al negocio, dos cosas importantes para Ardila; y tampoco le hace bien a la ciudadanía. Creo que cuando ‘Las2Orillas’ denominó a Gurisatti como “la indomable”, no sabían muy bien de qué hablaban. Yo, más que indomable, la llamaría imponente porque una cosa es no ocultar su temperamento político (uribista) y otra muy diferente formar filas de colaboradores al interior del noticiero. Es más, ella puede alinear sus amistades en la planta de personal, como lo hizo con Soraya Yanine y Gustavo Nieto; pero no sacar a personas valiosas basándose en convicciones ideológicas.

Mi protesta contra Gurisatti no es que no quiera congraciarse con el gobierno de turno o le haga fuertes críticas a Santos, mi inconformismo es porque sacó –mediante despidos o renuncias– a un personal altamente calificado en el oficio periodístico, cuyo trabajo había sido impecable.

A Gurisatti se le olvidó que su función es informar, no castigar a quienes no comparten su credo político. Dicen que el poder corrompe, y aún más con carta blanca decisoria, ¿no? Con el apoyo y aval de Ardila, ¿quién se atrevería a oponérsele? Por eso digo que ella es una dictadora, si bien no gobierna un país, sí está gobernando la fuente de opinión de uno, lo cual me parece igual o peor de peligroso.

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