Por estos días la mayor parte de los noticieros y periódicos del mundo se dedican a hacer el inventario de los acontecimientos más sobresalientes del año. En el campo económico, la revista Forbes resalta el ranking de los personajes más ricos del mundo encabezados por Bill Gates con una fortuna de US$92.000 millones, con segundo lugar de Warren Buffett con US$ 75.600 millones y Jeff Bezos con US$ 72.800 millones.
De este distinguido grupo multimillonario hacen parte los colombianos Carlos Sarmiento Angulo, dueño del Grupo Aval y el periódico El Tiempo, con un capital de US$11.500 millones, Andrés Santo Domingo con US$ 4.600 millones y Jaime Galinski con US$ 3.500 millones. Según la ONG OXFAN, que trabaja en pro de la erradicación de la pobreza, 8 personas poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad (3.600 millones de personas).
En Colombia entre los temas que más han aparecido en los titulares de los medios de información están los billonarios robos al erario público, que nos han convertido en uno de los países más corruptos del mundo.
Y, en medio de esta información de miles de millones de dólares y pesos, aparecen los informes de la mesa de concertación laboral que negocia el incremento del salario mínimo de 2018, integrada por empresarios, trabajadores y gobierno.
Tras casi un mes de discusiones entre la Ministra de Trabajo, el Ministro de Hacienda, los empresarios y los representantes de la Confederación General de Trabajadores (FGT), Confederación de trabajadores de Colombia (CTC), Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y de los pensionados, hasta el jueves no se había logrado un acuerdo.
Ante la considerable diferencia entre el 5.1 por ciento ofrecido por la clase empresarial y el 7 por ciento que aceptan parte de los trabajadores, sustentado en la inflación, la productividad y la pérdida derivada de llevar el Iva de 16 por ciento al 19 por ciento, lo más esperado era que el gobierno lo hiciera por decreto, tal como ha sucedido en 15 oportunidades en los últimos 20 años.
Con base en el salario mínimo mensual actual ($737.717), un incremento de 5.5 por ciento luego de un mes de negociación, representa para el trabajador una entrada adicional de $1.350 diarios. Esto no le alcanza ni para un servicio de bus urbano, el cual cuesta $1.800. Al comparar esta cifra con las inicialmente mostradas, podemos ver la gran diferencia entre quienes administran el dinero y quienes aspiran a un salario justo.