La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
La hija del doctor Malo
Colombia en su historia ha conocido casos ejemplares de moralidad y pulcritud. 
Authored by
Sábado, 4 de Noviembre de 2017

Ahora que se conocen más circunstancias de los grados de inmoralidad a los que llegó el país, y puntualmente sobre las andanzas de la hija del magistrado de la Sala Penal de la Corte al cobrarle coimas a funcionarios de la Fiscalía por favorecer sus nombramientos, debería decirse que el Doctor Malo que aún se resiste a renunciar por las múltiples denuncias que lo comprometen en casos de corrupción, ahora por lo menos debería renunciar porque otro motivo: ser un mal padre. 

Eso de que un padre que es magistrado de la Sala Penal más importante del país, que todos los días dentro de sus funciones le corresponde condenar a delincuentes, decidir sobre la libertad de otros y no tenga ni idea de las andanzas delincuenciales de su hija, pues ese es otro motivo para renunciar, porque se evidencia la podredumbre en la que se encontraba su propia familia.

Colombia en su historia ha conocido casos ejemplares de moralidad y pulcritud. En uno de ellos, Tomás Cipriano de Mosquera que era acusado de manera infame por un supuesto acto de corrupción en la compra de un barco al Perú, cuando lo juzgaba un senado amañado y espureo, se quita la banda presidencial e increpa a sus jueces diciéndoles que no tenían ninguna autoridad moral para su juzgamiento. 

La otra es muy conocida. Al presidente Marco Fidel Suárez no le alcanzaba su salario como presidente, lo empeña, y le abren un juicio político por indignidad que lo tumba de la presidencia. En su defensa expresaba que le hubiese bastado con una sola forma para haberse enriquecido, pero nunca lo hizo.     

Quizás una de las primeras lecciones de moralidad y ejemplo que he conocido en toda mi vida, tuve ocasión de recibirla por allá en los años 70 cuando iba en un bus hacia la universidad aquí en Cúcuta. Vi que subió al vehículo de transporte público mi profesor de derecho romano, el doctor Alirio Flórez Faillace, que para esa época era el fiscal ante la aduana de Cúcuta. 

Mi ilustre doctor y recordado maestro no tenía –ni aún estando en ese cargo– carro particular. Definitivamente en la vida valen más los ejemplos que las palabras. Casi que era ni de creerlo que alguien con ese cargo ni siquiera tuviere carro particular. Por supuesto que hoy en impensable. 

Conocí y trabajé con un ministro de justicia pulcro y valiente que fue asesinado por las mafias y a quien el Estado lo dejó solo en esa lucha, el doctor Enrique Low Murtra. 

Aquí también tuvimos de compañero a un juez ejemplar y honesto, a quien aún hoy en día no le hemos hecho justicia, Pedro Ballesteros. 

Son muchas las personas decentes y honestas que se han sacrificado por este país, y por ello cuando vemos esa desfachatez e inmoralidad en la que ha caído ya no solo el Magistrado Malo, indigno como juez y también como padre, al igual que su hija, pues la tarea para recuperar la decencia en el país es muy grande; ah, y eso que me falta hablar de Timochenko.

Temas del Día