Para nadie es un secreto que la entrada casi incontrolada de personas que huyen del régimen madurista, ha generado que lleguen al país cantidad de venezolanos que aguantaban hambre, enfermedades, una situación caótica por el aniquilamiento del otrora floreciente país bajo el régimen socialista convertido hoy en un régimen dictatorial, con el aniquilamiento de la población no solo en cuanto a industrias, atraso y pérdida de oportunidades de sobrevivir, sino del deterioro de la calidad de vida lo que ha conllevado a muchos oriundos de esa Nación a buscar mecanismos de trabajo en otros países, como Chile que les ha abierto las puertas, Perú, Colombia, entre otros.
Lamentablemente así como viene gente buena también se ha trasladado a nuestra ciudad especialmente gente acostumbrada a no trabajar, pero eso sí, pretendiendo llevar una vida muelle, atracando para esos efectos.
Muchos casos se han comentado en la televisión sobre desmanes de algunas de esas personas, en otras ciudades y en nuestro departamento, como asesinato de personas que les han brindado alojamiento y medio de subsistencia.
En Cúcuta han atracado restaurantes, se despejó el sector de Sevilla, la redoma del Terminal, pero, continúa la problemática social por la inseguridad. Hace un mes en uno de los tantos casos fue atracado un hijo de un distinguido médico en El Malecón, cerca del CAI, siendo atacado con puñal, sin pedirle el celular y solo pudo atinar a colocar las manos como medio de defensa, lo que se tradujo en múltiples heridas que han podido generarle la muerte.
El sábado fue ultimado un celador que prestaba servicios en un negocio en el sector de la Diagonal Santander, sin medio de defensa alguno por atracar el negocio en horas de la noche, con tan nefasto resultado que afortunadamente por pasar unos agentes pudieron capturar a los desalmados que incurrieron en ese acto criminal.
La Diagonal, sector obscuro lleno de personas con mala facha en horas de la noche, el Parque Lineal, la zona adyacente al terminal, La Merced, donde se ven deambular grupos de personas que generan temor en la ciudadanía sin la presencia de policía en patrullas o motos.
El Centro no es recomendable en horas de la noche, igual sucede con la avenida cuarta, sin mayor luz, La Cabrera, con personas que salen del canal, El Malecón y otros barrios, en fin la ciudad se encuentra casi que sitiada con estas personas que apuñalan primero y después roban, sin que se produzcan acciones que permitan terminar esta situación altamente preocupante.
Urgen medidas para devolver a los cucuteños, la seguridad y tranquilidad que es la función que corresponde a la Policía Nacional cuyo jefe natural es el Alcalde, sin que sea de conocimiento de los connaturales qué medidas se están adoptando al respecto.
¿Será que podremos sentirnos debidamente representados por el burgomaestre de la ciudad en tan importante asunto algún día?