Una ciudad con un parque automotor grande es Cúcuta, desde la época dorada de los carros venezolanos, que eran mucho más económicos que uno colombiano y se conseguían vehículos muy baratos.
Esa situación cambió hace años pero aún quedan vehículos de placa de Venezuela.
Lastimosamente, da vergüenza el estado actual de las vías, se anuncia inversión inmensa a la avenida de las Américas, pero, no se entiende como se encuentran tan deterioradas las vías.
Hay avenidas que son reparadas frecuentemente, ejemplo la novena este, la de Guaimaral, entre otras, pero, lo sorprendente es que al poco tiempo están en peores condiciones que antes de ser sometidas al denominado bacheo, lo mismo el barrio García Herreros. Esto es claro ejemplo de contratos donde prima antes que el interés de la comunidad el beneficio de los favorecidos con ellos Y no se explica por qué teniendo interventores no se vigila o se hace a medias, verificándose la capa de grosor del asfalto, pues, avenidas con tráfico pesado requieren capa asfáltica más gruesa.
En ocasiones no se termina de arreglar las vías, cuando, con sorpresa vemos que levantan el pavimento para hacer arreglos de otras empresas, lo que indica la falta de coordinación y prevención en esos aspectos, como aconteció con la reparación que se hizo de la redoma Virgilio Barco hacia Cúcuta.
En esa redoma es penoso su estado actual con cráteres más que huecos, sin que se pongan fin a esa entrada; ni el barrio Caobos escapa a una serie de huecos, como el Popular, Quinta Oriental, Ceiba y en zonas céntricas.
Hasta hace poco se efectuaba mantenimiento a la avenida Libertadores y la diagonal Santander, pero eso desapareció.
La vía de la redoma García Herreros hacia Los Patios merece un trabajo urgente, serio, acorde con lo que debe ser una gran ciudad.
Hay dineros para esas acometidas, se requiere voluntad, para mejorar la presentación de la ciudad, que carece de puentes como en la calle 15 con Libertadores saliendo cerca del Tennis Club, para poner fin a los trancones que se generan en ocasiones con colas superiores a las 5 cuadras.
El puente de la redoma Arnulfo Briceño es insuficiente para mejorar la movilidad, incluso se había proyectado hace años un deprimido donde quedaba la silla coja, en San Luis, allí hay galleta, término cucuteño, a toda hora.