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La Navidad en Norte de Santander (I)
Del año 30 del siglo pasado hacia atrás, el pesebre, como lo conocemos hoy, no era popular.
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Jueves, 14 de Diciembre de 2017

En el Norte de Santander, ¿desde cuándo oímos y cantamos villancicos, hacemos el pesebre, la novena de aguinaldos y el árbol de Navidad, y empleamos las luces decorativas navideñas?  

Según lo que he averiguado en textos y hablado con personas de más de 90 años, este es el resultado: 

Primero: el pesebre. Realmente, del año 30 del siglo pasado hacia atrás, el pesebre, como lo conocemos hoy, con las imágenes de María, José, el Niño Jesús, la mula y el buey, los reyes magos, el ángel anunciador, los pastores y las ovejas, no era popular. El año 1953 puede considerarse significativo en ese punto. Poseo un documento de dicho año en que figuran dentro del inventario de los bienes de una de nuestras parroquias tres pesebres. En los inventarios anteriores, desde 1939, no aparece pesebre alguno. El comercio fue definitivo para masificarlo porque las fábricas se dieron a producir los personajes de la Natividad y muchos más como bomberos, carros, casas, aviones, policías, elefantes, jirafas, marranos, patos, enanos, peces, etc., en un principio de “sololoy” y luego de diversas pastas y fibras, caucho, cerámica, vidrio y resinas sintéticas. (La palabra “sololoy”  procede del material de los juguetes que llegaron de México, fabricados en “celluloid”, término inglés que la gente del común convirtió en “sololoy”). 

Segundo: la novena de aguinaldos. Es sabido que la novena que comienza así: “Benignísimo Dios, de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres”, etc., vino del Ecuador. La versión colombiana es obra de la madre María Ignacia, del colegio La Enseñanza de Bogotá, a finales del siglo XIX. Ella le agregó los “gozos”. Dicha religiosa se llamaba en la vida secular Bertilda Samper Acosta, por cierto, pariente del expresidente Ernesto Samper. 

En el año 1952, una imprenta de Medellín lanzó una edición popular. La novena se rezaba en un principio en las iglesias y luego la práctica se extendió a los hogares citadinos; en los campos se conocieron de último esta serie de ritos navideños. De los hogares, la novena de aguinaldos saltó a los centros comerciales, a las oficinas públicas y privadas y a los parques. 

orlandoclavijotorrado@yahoo.es

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