A las seis de la tarde sonó la fanfarria, señal de que el acto comenzaba. La Carpa de Reencuentros, lugar donde se desarrollaría el evento, ya estaba llena de nortesantandereanos, que asistían a la cita de la amistad en la Feria Internacional del Libro en Bogotá. Organizada por la Gobernación del departamento y la Biblioteca Julio Pérez Ferrero, la Fiesta de la Nortesantandereanidad en la capital de la República era un motivo para encontrarnos, de nuevo, paisanos, viejos amigos, compañeros de infancia y de colegio, conocidos de pueblos y querencias, en fin, una verdadera fiesta regional.
“Por favor, silenciar los celulares”, dijo una voz amable desde la tarima. Era la hermosa presentadora que dio la bienvenida. Después del Himno Nacional, escuchar y cantar nuestro “Del norte bravos hijos”, nos puso los pelos de punta por la emoción nortesantandereana.
Con vivas y aplausos recibimos a nuestro gobernante, Silvano Serrano Guerrero, quien expresó su complacencia por el acto y la nutrida asistencia del paisanaje. Que el señor gobernador acompañe a escritores, artistas y en general a los artífices de la cultura en la región, es saludable y merece gratitudes. Habló del apoyo oficial a las manifestaciones literarias y artísticas en el departamento y sus palabras fueron un valioso estímulo para quienes nos dedicamos a la creación artística y literaria.
Habló también el secretario de Cultura departamental, Juan Carlos Uribe, y entonces supimos que la cultura en Norte de Santander está regida por buenas manos, y más ganas nos dieron de seguir aplaudiendo. El turno fue después para el director de la Feria Internacional del Libro, Andrés Sarmiento Villamizar, otro nortesantandereano, de aquellos que sacan la cara por nuestro departamento y nos hacen quedar bien donde se meten, lo que quiere decir que estamos bien parados en cuestión de promoción internacional de libros.
Mientras tanto, Julio GarcíaHerreros, el diligente director de la biblioteca departamental Julio Pérez Ferrero, como una hormiguita iba y venía, haciendo, pendiente de que todo saliera bien y metido de lleno en el asunto, como siempre. Todos los que andamos en el cuento la cultura, sabemos que uno de los mayores aciertos de los gobernantes del Norte, ha sido el de mantener en la dirección de la biblioteca a Julio GarcíaHerreros, que con su brillante equipo de trabajo, ha logrado poner los libros en el lugar que le corresponde en el corazón y las mentes y las manos de los nortesantandereanos, a más de otras actividades que conforman el universo de la cultura.
No es por lambonería, ni porque esté pero hay que decirlo a grito entero. El acto contó con Silvano Pabón Villamizar, historiador y estudioso de las tradiciones de nuestros antepasados; el poeta Serafín Bautista Villamizar, arboledano de pura cepa y mago de las letras, quien se presentó “desde Arboledas para todo el mundo”; el escritor Carlos Arturo Mogollón Pérez, originario de Pamplona pero radicado en una isla inglesa, y quien esto escribe, que fuimos los representantes de los escritores del departamento, que tuvimos el privilegio de ser invitados a esta fiesta de las letras y de la nortesantandereanidad.
Vinieron luego las danzas de Rosalba Salcedo, fabulosas como siempre, y la música del proyecto Laso, artistas todos ellos para mostrar con orgullo en cualquier lugar del mundo y hasta más allá. Y obvio, no podían faltar las colaciones de Pamplona, ni las cebollitas de Ocaña, ni los pastelitos de garbanzo y otras muestras regionales de gastronomía. Como quien dice, esa noche nos chupamos los dedos de la cultura y la gastronomía.
Gracias, señor gobernador Silvano Serrano y Julio GarcíaHerreros, por regalarnos tan fantástica noche nortesantandereana entre el frío y la prisa de la capital. ¡Y no es lambonería!
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