La valoración del dólar como consecuencia de los buenos resultados de la economía estadounidense y la subida de la tasa de interés por parte de la FED, han golpeado a las divisas latinoamericanas. Como ejemplo tenemos la situación de incertidumbre que se viene presentado en Argentina donde la moneda se devaluó 14 por ciento en solo dos semanas, al pasar de 20.53 a 23.33 pesos por dólar. A esto hay que agregarle las reformas económicas que el gobierno de Mauricio Macri viene impulsando en torno a las tarifas de servicios públicos y la puesta en marcha del impuesto a la renta financiera.
Con el propósito de frenar la pérdida del poder adquisitivo de la divisa argentina y la consecuente crisis, el Banco Central argentino subió la tasa de interés al 40 por ciento, la más cara del mundo, con el fin de hacer atractiva la compre de bonos del Estado y evitar la fuga de capitales. Además puso en circulación 5.000 millones de dólares de las reservas internacionales, que están cerca a los 60.000 millones.
Y, para reforzar la seguridad que permita evitar cualquier debacle, el mandatario Mauricio Macri acudió al Fondo Monetario Internacional (FMI) para solicitar un préstamo de 30.000 millones de dólares. Esto generó reacciones de los opositores del gobierno por considerar que se está retrocediendo 12 años, teniendo en cuenta que en enero de 2006 Néstor Kirchner pagó 9.800 millones de dólares al FMI para evitar condicionamientos, ahorrarse 847 millones de dólares de intereses y evitar acudir a sus servicios. Para el cumplimiento de este compromiso se utilizaron reservas internacionales, que entonces llegaban a 28.000 millones. Aquí vale recordar al expresidente brasilero Luis Inácio Lula da Silva: “El Fondo es como el dentista, a nadie le gusta, pero a veces es necesario ir”
Los expertos consideran que esta difícil situación ha servido para unir el peronismo y fortalecer la oposición, teniendo en cuenta que el año entrante habrá elecciones presidenciales. Además, Macri no mantiene mayorías en ninguna de las Cámaras del Congreso, lo que obliga a complejas negociaciones políticas.
Vale recordar que Argentina integra el G-20 (19 países más industrializados y emergentes del mundo, más la Unión Europea) que representa el 85% de la economía global. Representa en este poderoso grupo a América latina, junto con Brasil y México.
Pero en medio de esta incertidumbre los analistas consideran que el impacto no será tan fuerte como la hiperinflación de 1989 que alcanzó 3.000 por ciento anual, o la crisis de 2001 recordada como el Cacerolazo, que permitió la llegada de Néstor Kirchner al poder (2003-2007) y de Cristina Fernández (2007-2016). Las oraciones del Papa Francisco serán muy importantes en la solución de la actual situación.
