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Lamancha gris en Cúcuta
Una ciudad en caos.
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Domingo, 15 de Mayo de 2022

Hoy en día lo que ha sido “la mancha amarilla” de Cúcuta, los taxistas que prestan sus servicios en la ciudad, siempre amables y cordiales, por estos días la pasan mal: en cualquier momento la inseguridad de la ciudad ha llevado a que un supuesto inofensivo pasajero desenfunde un arma, atraque al conductor y como si fuera poco le quema el carro. Duele lo que sucede en la ciudad. El deterioro y falta de autoridad es absoluto. Hablando con algunos de ellos, tienen su propia versión. En el fondo el origen de ese vandalismo es la piratería que hay en el servicio de transporte, que mejor me lo dijo uno de ellos: “no entendemos porqué la policía no actúa, es que no hacen nada…vaya al parque nacional señor hacia las 6 de la tarde, y ahí entiende porqué queman carros en Cúcuta. La cantidad de vehículos venezolanos y particulares que salen a esa hora ofreciendo servicios a toda la ciudad, más barato, es alarmante”, y continuaba su versión; de esa misma informalidad es que queman carros porque quieren dar la imagen que el medio de transporte más seguro es el de los piratas.

Los de “la mancha amarilla”, con toda razón están asustados. Es tanta la falta de autoridad que hay en Cúcuta que los valores se invirtieron totalmente: ahora tiene más riesgo el que trabaja decentemente, el que compró un cupo y matriculó su carro, que paga impuestos que el ilegal. Todo ello sucede en la ciudad mientras la autoridad anda distraída haciendo unos adoquines en los que nadie cree, algunos de los cuales que aún ni siquiera se han inaugurado, y ya se desnivelaron. La gente está asustada por lo que sucede en la ciudad, por la inseguridad, por la cantidad de drogadictos en las calles, por los robos y todo el desorden de la ciudad y la policía anda mirando para otro lado, como si les pagaran por eso.   

El próximo alcalde que va a recibir la ciudad a partir del 1º de enero de 2024 se va a encontrar con una urbe en tal nivel de desorganización y deterioro, que el próximo mandatario tendrá que iniciar algo así como “una reconstrucción cívica de Cúcuta”, porque ahora si resultó cierto que hoy en día el ilegal impone sus propias reglas, organiza sus propias estructuras de poder, y ya sucede lo que nunca imaginamos, que mandan quemar carros para amedrentar y crear zozobra. El nivel de responsabilidad que le cabe a la policía por la manera como se maneja la piratería en una zona céntrica, ahí a dos cuadras de la alcaldía, en el parque nacional, es muy alto. Hoy en día es tan alta la informalidad que hay en la ciudad que no se les ocurra transitar, ni en taxi ni en carro particular, por la avenida séptima o por los lados de San Andresito porque en varias zonas la informalidad se tomó las calles, los vehículos no tienen por donde circular. Y ni vayan al barrio la Merced. Todo ello pasa mientras la policía anda entretenida en saber quien ganará las elecciones, si Fico o Petro. Pero si quiere dar un paseo por el centro de Cúcuta, mejor ir a ver como van los adoquines de la ciudad y ahí se da cuenta cómo invierten su platica de los impuestos en Cúcuta.

Para caos de ciudad, recuerdo que en alguna ocasión fui a ver al Cúcuta Deportivo a Cartagena, y eso de estar en la ciudad amurallada y después ir al estadio y luego a la salida del escenario –menos mal que el Cúcuta ganó-, ver ese desorden por el mercado de Bazurto, imaginaba ingenuamente que no volvería a ver un desorden similar. Mentira, aquí ya tenemos es una ciudad tristemente gris.

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