Hay una hermosa canción que interpreta El Gran Combo de Puerto Rico y que se llama Todavía, fue lanzada en 1981 y hace parte del excelente álbum Happy Days que incluye además otros éxitos clásicos como Timbalero y El Menú. Dice su letra, luego de una magistral entrada de trompetas: “Todavía, hay azul en el cielo, todavía florecen los plantíos (…) todavía surgen nuevos amores, todavía hay risas y escucha (…) todavía hay anhelos de vivir para amar”. La cito porque es una canción que en épocas difíciles entrega esperanza; dentro de las muchas cosas que me enseñó mi padre estaba la de entregarse a una buena búsqueda musical, una salsita como esta, por ejemplo, cuando los tiempos son amargos e inciertos. La cito además porque es lo único a lo que podemos aferrarnos cuando empieza un nuevo año, la esperanza de que todo sea mejor.
Yo guardo la esperanza para el 2022 de escuchar canciones como esta con mi padre y un largo playlist que siempre nos queda pendiente, ahora que ha puesto su última tilde en la redacción de la que fuera su segunda casa, el Periódico La Opinión, donde estuvo tecleando en los últimos 20 años todo tipo de noticias y trabajos, podamos sentarnos a oír canciones y charlar sin afán.
Esperanza para creer que por fin la Secretaría de Cultura de Norte de Santander convocará al concurso Jorge Gaitán y Eduardo Cote Lamus. Esperanza de que se blinden tan bien a las bibliotecas de Cúcuta, que ninguna pandemia pueda amenazar con cerrarlas. Esperanza en más explosiones culturales que lleguen a cada uno de los habitantes, a que surjan tantas iniciativas artísticas que dejen el temor a no tener un contrato y propongan una revolución cultural necesaria y resistente a la ley de garantías. Espero que no me alcance el tiempo para leer todas las propuestas de cultura, arte y patrimonio que los candidatos a la Cámara por Norte de Santander están redactando. Guardo la esperanza de que lo único que se revoque en Cúcuta sea la ignorancia y el desconsuelo, que se agoten los ejemplares de los libros de poesía y que a alguien se le ocurra fundar un nuevo museo.
Deseo ayudar a unir nuevamente con un puente cultural desde las artes a los Santanderes, algo se nos debe ocurrir en el próximo año. Guardo la esperanza de que midan la cultura más por el cambio social que por las frías cifras de impacto, cifras además que nadie contrasta y todos creen. Anhelo que en el estreno de Pavesa, el primer cortometraje de danza de Norte de Santander, la fila de ingreso de vuelta a la manzana.
Espero un año lleno de felicidad desbordante para todos y bocanadas artísticas en cada calle de una Cúcuta verdaderamente cultural.