La llegada de un nuevo año impone, sin duda, un ajuste de cuentas. ¿Qué se hizo? ¿Qué se dejó de hacer? ¿Qué debe continuarse? ¿Cuáles son las metas a asumir?
Es una baraja de balance y expectativas para seguir tejiendo proyectos, reciclando sueños, reactivando esperanzas, desatando nudos, escrutando posibilidades, es decir, alargando el camino ya andado con la convicción de que queda mucho aun por recorrer, sin caer en el derrotismo o sin la sumisión al pesimismo o a la desolación que deja la frustración.
La vida es ese combate de insistencia en función de aquello representativo de la identidad afirmativa de ser.
No importa la acumulación del tiempo en la edad de la persona. No se debe perder de vista lo fundamental en las decisiones que forjan el destino, que es el desarrollo de la existencia humana, según la visión puesta para la travesía terrenal.
Cada individuo lo debe determinar en el ámbito de su libertad y de la comprensión de lo que espera.
Obrar con lucidez, sin sujeción a determinismos simplistas, saltando por encima de prejuicios y de oscurantismos oxidantes, alumbrando los actos cotidianos con la llama de la libertad, saltando por encima de la barrera del odio y de la violencia, debe hacer parte del caudal donde se navega.
A lo cual es ineludible agregar el rechazo a la intolerancia, a la discriminación y a la injusticia.
Hacer parte de una comunidad dada impone decencia y responsabilidades éticas.
Estas reflexiones provienen de los vientos del nuevo año, con el ánimo de buscar el mejor aprovechamiento del lapso que comienza por parte de cada quien, en particular, y de los gobernantes.
Todos estamos comprometidos a contribuir al más óptimo aprovechamiento de 2020, en términos de creación, en el interés de que cuanto se haga resulte de utilidad común. Es una forma de cerrarle espacios a la politiquería, a la corrupción, al oportunismo, a la mediocridad y en general, a las trampas que diezman los recursos públicos cuando debieran emplearse en la solución efectiva de tantos problemas perturbadores.
En lo regional es prioritario romper el círculo del atraso. Hay que alinearse en la causa que proyecte acciones encaminadas a trabajar sobre metas que respondan a anhelos de la comunidad regional. Tanto el gobernador Serrano como el alcalde Yáñez han propuesto nuevas metas y a estas hay que apostarles con la convicción de que se trata de un compromiso asumido conscientemente, sin cálculos mezquinos.
Volviendo al inventario aludido, lo que se emprenda en este nuevo tramo debe sostenerse con una dinámica funcional para garantizar resultados de cambios capaces de sepultar lo negativo. El tiempo que viene debe ser de gran fortaleza a fin de variar la historia, como se hizo hace 200 años en Villa del Rosario para darle nacimiento definitivo a la República que siguió al colonialismo de la España imperial de entonces.
Puntada
Los escogidos para los gabinetes del gobernador Silvano Serrano y el alcalde Jairo Yáñez deben dar prueba de seriedad en el cumplimiento de las responsabilidades asumidas. No es nada obvio. Es una exigencia articulada al ideal de lo que se quiere construir.