Por estos días Venezuela está en el ojo del huracán en el plano internacional, como consecuencia de la difícil situación económica por la que atraviesa y los efectos que pueda tener sobre algunos países de la región.
Tras el incumplimiento del pago de parte de los intereses de la deuda (default), a principios de esta semana el presidente Maduro se reunió en Caracas con representantes de los acreedores para informarles sobre la restructuración de la deuda y luego de desplazó a Rusia en donde todo indica que se logró un acuerdo, visto a nivel internacional como un pequeño alivio.
La deuda externa venezolana alcanza los 150.000 millones de dólares, equivalente al 70 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).
Al repartir esta deuda entre 31 millones de habitantes, a cada venezolano le corresponden 4.800 dólares, contra un salario mínimo de 3 dólares diarios.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la República Bolivariana terminará este año con una recesión (crecimiento negativo) de 12 por ciento, mientras los analistas calculan la hiperinflación en 1.400 por ciento y en el mercado paralelo la cotización del dólar llegó a los 60.000 bolívares, cuando dos meses atrás apenas era de 30.000 bolívares.
Con base en la gran cantidad de recursos naturales de que dispone el hermano país, se puede concluir que el problema no es la falta de liquidez, sino el poco conocimiento de sus mandatarios, quienes parece ser que aún no saben en qué país viven. Venezuela tiene las reservas de petróleo comprobadas más grandes en el mundo y de gas natural en América, después de Estados Unidos.
Cuenta con las reservas más grandes de oro en este continente y hace parte de los únicos siete países del mundo que tienen reservas de coltán, escaso y costoso mineral metálico utilizado en la fabricación de casi la totalidad de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, GPS, satélites artificiales, televisores y ordenadores portátiles.
Como si estos regalos de la naturaleza fueran poco, el cacao venezolano es el mejor del mundo, calificación que le fue otorgado el 8 de junio de 2016 en la Conferencia Mundial del Cacao celebrada en Punta Cana, República Dominicana.
Aunque de acuerdo al concepto de los expertos la probabilidad es muy baja, parte de estos altos compromisos financieros pueden correr el riesgo de considerase como deuda odiosa o ilegal, la cual, según el economista Jeff King, es aquella contraída contra los interese de la población de un país y con conocimiento del acreedor y, en consecuencia, no se debe pagar. Esto ha ocurrido en algunos países con la llegada de un nuevo gobierno. La incertidumbre crece.