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Llegaron los rusos
A Rusia no le interesa Venezuela, su objetivo es consolidar su poder en el mar negro volviéndolo un lago privado.
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Viernes, 14 de Diciembre de 2018

… a Venezuela. ¿Por qué pasa eso? Empecemos con la visión del régimen mafioso de Venezuela. Cuba ha sido desde la subida de los Castro al poder, un Estado parasito; no tiene ninguna base productiva, sino únicamente un estado policiaco en el ambiente aislado de su isla, exportando revolución estalinista a Suramérica y África. Es, además, el último dinosaurio de la guerra fría, pues ya hasta Corea del Norte presenta señales de avance. Cuba, parasitó de la Unión Soviética hasta la desaparición de ésta en 1991, cuando Fidel Castro decretó el eufemísticamente llamado “periodo especial”, que no era otra cosa que morir de hambre (el pueblo, no los Castro ni los militares) hasta que consiguieran otro organismo estatal del cual parasitar, y lo encontraron en la Venezuela chavista. Hugo Chávez Frías buscó en Fidel Castro el soporte ideológico para su “revolución”, y en Chávez, Castro encontró el marrano de quién vivir. 

Al protectorado cubano que hoy es Venezuela, le es más difícil sostenerse como un estado paria estilo Cuba, porque no es una isla, es un estado continental importante y los efectos de sus actos replican en todo el continente, como la diáspora de migrantes. Para tratar de sostenerse, sus patrones, los cubanos, que toda la vida han sido cercanos a los enemigos históricos de los Estados Unidos, fueron los de la idea de “soportarse” militarmente en Rusia. La pregunta es: si la Rusia de hoy en día no tiene nada que ver con la extinta Unión Soviética, y su visión económica es absolutamente contraria a la de los estalinistas jurásicos cubanos, ¿por qué acepta entrar en el juego?

Aunque Rusia no quiere volver jamás al socialismo, siempre ha anhelado su imperio, y eso no es menos cierto con el nuevo zar Vladimir el Putin, quien ha venido anexionándose antiguos territorios imperiales, el último, la península de Crimea. Y ese imperio está incompleto, sin el que era el segundo estado más importante de la extinta Unión Soviética, Ucrania, más aún, después capturar Crimea. El actual presidente ucraniano Petro Poroshenko, ha querido aumentar sus lazos con Europa occidental, precisamente para quitarse de encima el hostigamiento ruso, y en días recientes ha habido incidentes militares en el mar Negro de Rusia contra Ucrania, que han subido el tono del estado de guerra contenido en el este de Ucrania, en la región del Donbáss. Putin está buscando pasar de la llamada guerra hibrida a un estado total de guerra. Poroshenko solicitó la ayuda de la OTAN y les pidió entrar masivamente a aguas del mar negro, pero la reacción ha sido algo tímida, en parte porque Turquía, el otro actor importante del mar Negro, ha subido también sus tensiones con occidente y se ha acercado a Rusia e Irán. Sin embargo, para occidente es importante que Ucrania no caiga en manos rusas, porque eso significa que el oso ruso se va a agigantar, y va a seguir en su proceso expansivo. 

Rusia viene a Venezuela para mandarle un mensaje a Estados Unidos sobre el tema de Ucrania. A Rusia no le interesa Venezuela, su objetivo es consolidar su poder en el mar negro volviéndolo un lago privado, como ya hace con el mar de Azov, y si para eso debe usar a Venezuela, ahí lo ven, no tiene inconveniente. ¿Que si se va a matar por Venezuela? Ni locos. Ellos son ajedrecistas, no suicidas. Y Cuba aspira que, con sus quintacolumnistas en Colombia, México y Europa, entre otros, Estados Unidos rebaje su presión sobre Venezuela. Tampoco les interesa el pueblo venezolano, solo seguir colgados a la teta de la que comen. Ya vieron que con un blando como Obama, podían hacerlo retroceder en nombre de la paz, el problema es cómo reaccionará Trump. Ese es un halcón, con el mayor poder militar del planeta; las fuerzas militares rusas no llegan a ser la décima parte de la gringa. Eso muestra el desespero de Putin por Ucrania. Está jugando duro. 

Venezuela entra hoy como peón en el ajedrez político mundial en su aventura mamerta. Es una ficha a quemar. Y cuando la quemen, Cuba buscará otro estado para parasitar; ¿será acaso el México de AMLO, o aspirará hacerlo con Colombia, en caso de la subida de un Petro, una Claudia López, o incluso un Fajardo apoyado por la izquierda? Ya viene el día de los inocentes, y ese día encontrara a Colombia jugando a la gallina ciega.

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