A escasos días de haberse posicionado como el presidente de los colombianos Gustavo Francisco Petro Urrego, con la presentación de la reforma tributaria ya está causando sobresaltos ciudadanos. Son varios los aspectos que tocan inexorablemente a la persona del común, que de una u otra forma afectará las finanzas personales.
En nuestra zona de frontera, están exentos de aranceles y del impuesto nacional la gasolina y el Acpm cuya aplicabilidad data desde 1995 marcando un punto álgido por cuanto los cucuteños se han beneficiado de esa disminución tarifaria y al ser revertida significará mayores egresos en el presupuesto familiar.
Hoy día en Cúcuta han proliferado tantas estaciones de servicio, que la suspicacia surge sobre quienes están haciendo estas inversiones millonarias. ¿Significará entonces que estas nuevas empresas no logren consolidarse?
Otros puntos ante los cuales muchos ciudadanos se refieren es el impuesto a las bebidas azucaradas y los productos ultra procesados, que como lo manifestó el presidente de Fenalco Jaime Alberto Cabal constituye parte importante de la canasta familiar de los estratos sociales 1 y 2 y cuya venta es común en las tiendas de barrio.
Aquí, discrimino ante esos ciudadanos que no alcanzan a ver las bondades de este impuesto visto desde la perspectiva de ir inculcando el hábito de una mejor alimentación. El precio un poco más elevado de estos productos entraría a jugar un papel fundamental al desincentivar su consumo en bien de la salud del colombiano. Es tan arraigado ese uso en cualquier reunión tanto familiar como social que no vemos otras alternativas.
La simple y deliciosa agua no parece un buen acompañante y sin embargo debemos ir hacia allá ya que sus bondades son infinitas. Esta medida la viene presentando Red Papaz con la campaña “No comas más mentiras, ni se las des a tus hijos” Y debe ser aplicada para ver si de una vez vamos dejando esa costumbre de consumir tanto azúcar por cuando la tasa de obesidad en nuestro país está aumentando exageradamente cerca del 50% de los colombianos está en sobrepeso, el 30% en las ciudades principales tiene obesidad. y los niños son los más afectados.
Teniendo en cuenta un estudio practicado por la Universidad del Rosario, el sobrepeso en la población juvenil de Colombia es alarmante; un 37,7% tienen sobrepeso y un 18% de los jóvenes son obesos.
Las madres de familia tenemos culpa. Resulta sencillo comprar la docena de bebidas azucaradas que sirven para hacerle la lonchera al niño, que enviarle un jugo natural o la fruta. Al lado de la bebida azucarada rematamos con una suculenta salchipapa y está el plato “saludable”.
La sociedad de consumo, donde empresas venden sus productos llamativamente, y esa disposición mental creada bajo el influjo de una música pegajosa y bellos modelos hacen que tanto los adultos y niños nos veamos “atrapados” por ellos. La solución viene de casa, inculcar el hábito de consumir verduras y frutas para que el bebé saboree, deguste esos alimentos agradablemente.
