Los sucesivos gobiernos han sido persistentes en abrir la economía, con el propósito de allanar nuevos mercados e incrementar las posibilidades de crecimiento. Objetivo loable desde luego, si pensamos en que es imperioso luchar por las metas del crecimiento, que son también las de la mejora de las condiciones de los ciudadanos.
Pero lo que llama la atención, es que en muchos casos o no se miden las consecuencias con suficiente pericia, o no se despliegan las acciones que es necesario dirigir.
Es el caso de lo ocurrido con el correspondiente acuerdo firmado con los Estados Unidos, del cual se cumplen por estos días, 10 años de haber sido suscrito, y en donde podemos concluir que ha sido desventajoso para Colombia, pues mientras nuestras exportaciones hacia ese país han crecido un 4,8%, las importaciones lo han hecho en un 11,3%.
Definitivamente no se calculó el hecho de que se estaba celebrando un acuerdo con la primera potencia económica del mundo, y que por lo tanto la capacidad de acción iba a ser mucho mayor por parte de ese país, por cuanto su tamaño y poderío estaban en capacidad de generar una acción de enormes alcances, que sin duda gravitaban sobre nuestra enclenque economía.
Se habla ahora de renegociación del tratado, una opción que será posible plantear, pero que está sujeta a la aceptación de la contraparte; pero no debemos perder de vista, que es necesario también revisar y replantear completamente la estrategia de producción y exportación, pues los resultados nos señalan que estamos fallando. Seguramente no ha existido suficiente capacitación, ni tampoco estímulo exportador, así como identificación clara de los posibles mercados.
Esta acción requiere de toda una empresa de logística, en la cual las autoridades exportadoras tendrán que poner en práctica, vinculando cada vez mas al aparato productivo nacional, para que esté en capacidad no solo de identificar esas posibilidades del mercado, sino de producir lo que en verdad requieren los mismos.
Abrir la economía por abrirla simplemente, no es una política adecuada ni afortunada. Son necesarios muchos factores de logística que es importante diseñar y poner en práctica, y uno de ellos es el de involucrar definitivamente a los productores para inculcar una vocación exportadora.
Y para alcanzarla, es necesario detenerse en elementos como el mejoramiento de la calidad, los costos de producción y de transporte, así como el dominio del idioma del país a donde se pretende exportar, púes si no es así, no se estará en capacidad de procesar la información para poder actuar de forma exitosa.
Es hora entonces de hacer el balance, de examinar todo el escenario de barreras y oportunidades, para saber con claridad en dónde estamos fallando, de tal manera que de ese ejercicio pueda salir un plan estratégico que permita una acción mucho mas efectiva.