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Luto y tristeza
Según Amnistía Internacional para septiembre, más de 7.000 profesionales de la salud habían muerto.
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Domingo, 6 de Diciembre de 2020

Cada 3 de diciembre se celebra el día panamericano del médico en honor al científico cubano Carlos Finlay, quien a comienzos del siglo pasado, gracias a sus observaciones descubrió que un mosquito era el vector que transmitía la fiebre amarilla, una grave y mortal enfermedad que por aquel entonces azotaba a su país. Esta fecha ha sido propicia para exaltar a los médicos y agasajarlos. Pero este año, habida cuenta de las dificultades que vivimos por la pandemia, ha pasado con más pena que gloria. 
 
Según Amnistía Internacional para septiembre, más de 7.000 profesionales de la salud habían muerto víctimas de la covid-19. A mediados de noviembre se supo que en Colombia alrededor de 20.000 empleados de la salud se contagiaron, cerca de una centena habían fallecido y entre ellos, para entonces, había 46 médicos. Hoy sabemos que ese número es más alto, de acuerdo con los datos más recientes. Sin importar la cifra, cada vida perdida en esta fatídica pandemia es muy valiosa tanto para sus familias como para la sociedad y para la agremiación médica.
 
Nuestra ciudad no ha sido ajena a esta desgraciada situación, más de una docena de médicos fallecieron luego de haberse contagiado. Por respeto a su memoria y a sus familias no se mencionan sus nombres, pero están grabados en nuestros recuerdos y ahí estarán por siempre porque fueron nuestros compañeros, porque conocimos de su entrega y servicio, porque hoy y en lo sucesivo ya no estarán con nosotros. Que Dios los tenga en su gloria y descansen en paz.
 
Otro grupo de médicos enfermos están luchando por salir adelante, a quienes no hemos descuidado y están presentes en nuestros pensamientos y oraciones, estamos seguros que muy pronto estarán recuperados, saludables y prestos a servir a sus pacientes.
 
De tal forma que no hubo motivos para celebrar. Estamos de luto. La tristeza nos acongoja y nos constriñe el alma, nos arruga el corazón, provoca ansiedad y altera la salud mental. Los médicos siguen en pie de lucha al frente de la situación, corren el riesgo de contagiarse porque están en contacto directo con los que padecen la covid-19. Pero ellos no han dado su brazo a torcer, siguen ahí con firme decisión para atender a los pacientes, la razón de ser y la esencia de esta noble y no bien ponderada profesión. 

Esta pandemia también ha puesto al desnudo la debilidad de nuestro sistema de salud, las condiciones en que se desarrolla el trabajo de los médicos y todos los miembros del equipo de salud, lo cual demanda cambios estructurales. Se requieren condiciones dignas para ejecutar esta labor. Unos salarios justos y pagados con oportunidad, contratos de trabajo a término indefinido con el respaldo de las instituciones que nos contratan; ese si sería un homenaje y un justo premio a todos los médicos y que en lo posible tuviéramos el aprecio y agradecimiento de los pacientes y sus familiares. Así como también que todos acaten las medidas generales ampliamente difundidas para evitar la expansión del virus pandémico, por ellos mismos y por los médicos y demás personal que atiende esta situación de calamidad.

jorgepabonl@yahoo.com   

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