Hasta cuándo va a soportar el pueblo colombiano el abuso manifiesto por el Gobierno nacional de pretender aplicar más impuestos en detrimento del bolsillo de los colombianos, disfrazándola de petición de la clase empresarial.
Se anunció por el Ministro de Hacienda Carrasquilla aumentar los impuestos para los ciudadanos y la rebaja de ellos a las empresas con la excusa de generar mayor empleo, propuesta trillada y que perjudica ostensiblemente al pueblo. Esta posición del gobierno, es contraria totalmente a las propuestas presidenciales de Duque.
Debería decirse claramente que con esos aumentos a los trabajadores rasos, lo que se está es tapando los huecos fiscales generados por el apoderamiento de los administradores del país al hurtar los dineros del erario público, de allí, que el pueblo haya manifestado en las últimas elecciones, su inconformidad, prueba de ello, el aumento del voto en blanco, que es el mejor castigo que puede darse a los corruptos.
Otro ejemplo es el dado por la ciudadanía de Cúcuta y otras capitales, que exteriorizó con alta participación de los jóvenes, su repudio, el rechazo a las políticas corruptas que los dirigentes de nuestra capital venían practicando, ojalá sea el inicio de la toma de conciencia por parte de los ciudadanos. .
Y más grave, que se pretenda reducir el salario mínimo por productividad de las regiones, esto se traduce sencillamente, en el mayor empobrecimiento de las regiones más olvidadas del país, so pretexto de disminuir el alto nivel de desempleo, generándose mayor trabajo, dejando a muchas regiones como la nuestra con un salario de hambre, perdiéndose las conquistas laborales en beneficio de la clase trabajadora.
Todo ello convergería a disminuir los ingresos finales de los trabajadores, con menos pensión, siendo altamente nociva tan descabellada idea, presentada por el sector empresarial del país, para enriquecer día a día más a los más ricos del país y empobrecer a los de menos ingresos.
Capítulo aparte merece el sector de las EPS, un atraco a la clase trabajadora, que ya ni con tutelas les cumplen, ni con desacatos, pero sí generan mayor congestión a los despachos judiciales, atiborrados de esta clase de acciones constitucionales por esa ineficiencia tolerada por el Estado y el régimen pensional que sería otro duro golpe a los trabajadores.