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Masonería e independencia patria
En los textos de historia de Colombia no se habla nada de la inmensa influencia de la Masonería en la formación de nuestros próceres y lo determinante que fue en nuestra independencia.
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Martes, 16 de Julio de 2024

El sábado 20 de julio llegamos a 214 años del denominado Grito de independencia, si seguimos la historia académica propagada por la Academia Colombiana de Historia a través del Compendio de Historia de Colombia, de Henao y Arrubla. En los textos de historia de Colombia no se habla nada de la inmensa influencia de la Masonería en la formación de nuestros próceres y lo determinante que fue en nuestra independencia.

Todos esos héroes de la gesta emancipadora que visitaron Europa - París, Londres, etc. -, por comercio, cultura o para seguir la carrera militar, que eran los países dominantes entonces, se empaparon de las ideas de la Ilustración y el Iluminismo Francés, de esa manera la Orden Masónica ingresó a la Nueva Granada.

Eran sociedades secretas porque si se sabía de su existencia eran considerados conspiradores. Francisco de Miranda fundó en Londres en 1798, junto con otros criollos, una de las más más prominentes logias, la "Logia Gran Reunión Americana" y a ella pertenecieron Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, entre otros; y ya después, en suelo colombiano, las primeras Logias fueron el "Arcano Sublime de la Filantropía" en Santa Fe y "Las Tres Virtudes Teologales" en Cartagena.

En Bogotá, al ingresar a la mansión Kopp ubicada en la carrera 5 con calle 18, sede de la Gran Logia de Colombia, se divisa un salón con estatuas de personajes de nuestra independencia, quienes fueron los primeros masones del país: Nariño, Bolívar y Santander, entre otros. El expresidente Santander fundó el 2 de enero de 1820, la "Logia Libertad de Colombia No. 1", siendo elegido como su primer Venerable Maestro, conformada por militares y personalidades victoriosos del Pantano de Vargas y Puente de Boyacá. Además, Santander fue cinco veces Gran Maestro de esa Augusta Institución.

Se podría decir que a Bolívar y Santander los distanció la Noche Septembrina y cuando el Libertador reasumió el poder prohibió la reunión de cualquier Sociedad secreta, pero sin embargo preservó el sentido de Fraternidad bajo el auspicio de la indulgencia Masónica para perdonar la vida del Hombre de las Leyes. No puedo decir más por la discreción que en la Logia se mantiene con los hermanos que pasaron al Oriente Eterno.

Extinguida la Gran Colombia continúa la construcción de la República, y muchos de los dirigentes políticos que ocuparon la primera magistratura desde 1830 a la fecha, pertenecieron a la Orden, aclarando que el máximo grado en la Masonería es el 33 en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

Pero, como el general masón Tomás Cipriano de Mosquera era un ser superior en ego, se inventó, por sí y para sí, el Grado 34. En otras circunstancias su hermano Manuel José Mosquera, Arzobispo de Bogotá, diría: “No sólo está maniático sino loco de remate…”.

Otros presidentes masones, para solo nombrar los más conocidos, han sido José María del Castillo y Rada, Rafael Urdaneta, José Ignacio de Márquez, Pedro Alcántara Herrán, José María Obando, José Hilario López, José María Melo, Eustorgio Salgar, Manuel Murillo Toro, José María Campo Serrano, José María Rojas Garrido, Juan José Nieto Gil, Santos Acosta, Salvador Camacho Roldán, Aquileo Parra, Julián Trujillo, Sergio Camargo, Francisco Javier Zaldúa, José Eusebio Otálora, Eduardo Santos Montejo, Darío Echandía Olaya, Alberto Lleras Camargo y Germán Zea Hernández.

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