En días pasados conocí los resultados de un estudio llevado a cabo por el observatorio Cúcuta Como Vamos y cuyos hallazgos a mi juicio no han tenido la suficiente divulgación, pero que de buena manera resumen lo que la historia comercial regional ha logrado tatuar en nuestro imaginario. Encuentran allí que prácticamente la mitad de los encuestados considera que el contrabando es admitido por nosotros como una actividad legal. No es que me las tire de mojigato, pero esa percepción es bien preocupante y estoy seguro dista bastante de la media nacional. No en balde todos los cucuteños nos “criamos” con el concepto de que las compras en San Antonio y/o Ureña eran parte del paisaje regional y hasta familiar. Está claro que el contrabando ha estado presente a través de la historia de esta región y no menos cierto que sus “ganancias” han hecho y hacen parte del diario vivir en la frontera.
Prudente será separar las compras familiares que Chavez, Maduro y su Socialismo del Siglo XXI frustraron, de los cada vez más sofisticados modelos delincuenciales imperantes hoy en la frontera.
Aunque las cifras distan mucho de ser satisfactorias, es justo reconocer los esfuerzos que las diferentes autoridades llevan a cabo por controlar el ingreso ilegal de productos y que para el caso de la ganadería genera además el latente riesgo del ingreso al país de la temible Fiebre Aftosa. Lo anterior sin contar las insospechadas consecuencias que para la salud pública tiene el consumo – sobre todo en la población infantil – de carne en las condiciones que a diario registra la prensa local.
Ahora bien, hay muchos estudiosos que le asignan a esa actividad, una de las razones para que esta ciudad se aleje cada vez más del progreso que experimentan otras similares en el resto del país y aunque ese delito a veces se confunda con actividades lícitas, quienes nos habrán de remplazar tienen derecho a formarse dentro de otros conceptos.
Por todo lo anterior anima conocer y resaltar un programa que nos compartió a los gremios el nuevo comandante de la Policía de Norte de Santander coronel George Quintero y que lidera el director de la Policía Fiscal y Aduanera teniente coronel Oscar Cortés; se trata del Programa Minipolfas y que consiste básicamente en destacar en los niños de entre 7 y 14 años – mediante jornadas de capacitación - la importancia de apostarle a la formalidad y muy particularmente destacar los inconvenientes que para la sociedad tiene el ejercicio del contrabando sistemático. Las acciones no pueden ser solo represivas y apostarle a la formación de quienes guiaran la sociedad en el mediato futuro, siempre será una buena apuesta.
No es imposible soñar con fronteras abiertas que incluyan intercambios comerciales de consumo doméstico dictados y regulados por la historia, dejándole el comercio binacional de volumen a las agencias de aduana con todos los protocolos que nuestra ley prevé en comercio internacional.