Los comentarios de varios periodistas me pusieron los pelos de punta. Ninguno vaticinó nada bueno con respecto al nuevo presidente de los Estados Unidos, el rubio Donald Trump. Todos, sin excepción, creen que el mundo está al borde de la catástrofe, sobre todo porque el nuevo mandatario es tan impreparado e ignorante como nuestro vecino Maduro, y en esas condiciones no pueden esperarse sino problemas.
Los comentaristas, gremio muy odiado por el sucesor de Barack Obama, estiman que el planeta se encuentra a un paso del abismo, por lo que los resignados terrícolas pueden prepararse para días muy negros, similares a los que vivió la humanidad cuando un anónimo pintor alemán, también ignorante e inmaduro, llegó al poder nada menos que en Alemania y llevó al mundo a una guerra que dejó como saldo sesenta millones de muertos y un continente, Europa, totalmente destrozado.
Parece mentira que unos ignorantes cultivadores de trigo y maíz, del centro de Estados Unidos decidan la suerte de la humanidad. Pero eso acaba de ocurrir. Los habitantes de los estados agrícolas que producen grandes cosechas de cereales muy utilizados por la mayor parte de los habitantes del hemisferio, incluyendo a Colombia, tomaron la decisión más absurda: eligieron a un millonario que les ofreció varios imposibles: volver a las épocas en que Estados Unidos era el dueño del mundo, construir un muro a lo largo de la frontera con México, que vale miles de millones de dólares, y tomar otras medidas de esas que consiguen votos, como regresar a los precios de hace treinta años o devolverle la virginidad a las casadas. El candidato populista, similar al que ofrece seguridad en Colombia y guerra en lugar de la paz, logró el triunfo en el absurdo sistema electoral estadounidense y se convirtió en el 45º. presidente para ponernos a temblar durante el próximo cuatrienio.
Ni un solo comentarista elogió la decisión del electorado gringo. Los analistas de los acontecimientos mundiales nos pusieron a temblar. Todos estiman que el propietario de gigantescos edificios en varias partes del mundo, exdueño de concursos de belleza como Miss Universo y famoso por practicar raras maniobras para recuperarse de las varias quiebras que ha sufrido, es impredecible y, por lo mismo, muy peligroso. De él no se espera nada bueno.
Las primeras medidas del nuevo mandatario son más graves que el cierre de la frontera con Venezuela. En primer lugar, acabó los programas en español de la Casa Blanca y le mostró los dientes a China y a Latinoamérica, los dos principales objetivos de su política aislacionista y nacionalista, similar a la que afrontaron Estados Unidos en la década del treinta, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Se esperan otras metidas de pata que pueden causar graves traumatismos a la economía mundial, y a Colombia en particular. Pobre mundo al que le esperan negros nubarrones. Ojalá estemos equivocados pero al mundo no le espera nada bueno, como lo vaticinaron las inmensas manifestaciones de mujeres en contra del rubio inquilino de la Casa Blanca. Dios nos tenga de su mano. GPT
P.D. Sigo esperando saber el secreto que le conoce Gina Parodi a Álvaro Uribe. ¿Qué será?