Nuestro departamento alarmado por la situación de orden público que le azota inmisericordemente, por medio de las Farc en la llamada disidencia, elenos Epl, Pelusos y demás grupos que deterioran totalmente el orden público, votó masivamente, alcanzando una cifra altísima como fue el 80 % de los sufragios contabilizados a favor de Duque.
Otro asunto que motivó a los coterráneos a votar masivamente por Duque, fue la amenaza del socialismo en cabeza del otro contendor Petro, por tener el espejo de lo que le ocurrió a Venezuela al lado nuestro y ser conocedores de primera mano de esta caótica vivencia, que destruyó una Nación pujante, con mucha riqueza para terminar postrada por la corrupción de sus dirigentes que no solo acabaron con la industria en un mal entendido socialismo, expropiando más de 2000 empresas y destruyendo la industria alimenticia, farmacéutica, etc.
Esa votación marca un hito electoral y es un guarismo proporcionalmente alto, en relación al resto del país, pero hasta el momento no se ha visto nombramiento alguno en cabeza de un representante de nuestra región. Grandes esperanzas se tienen en este aspecto, mucho más, cuando soportamos una situación preocupante por el cierre de la frontera por parte de Venezuela, con todos los problemas que esta vivencia acarrea, como son el de la inseguridad que ronda en el departamento y especialmente en Cúcuta, uno de los más altos índices de desempleo, carencia de carreteras viables para la conectividad con el país, pues, realmente la única vía buena que tenemos es la de Cúcuta Ocaña, a la que la administración del actual presidente le invirtió bastante dinero, así como al mejoramiento parcial de la vía a
Pamplona, pero que tiene partes bastante deterioradas, baches, terreno rizado, siendo bastante distante la continuación de la doble calzada a Pamplona, que quedó solo hasta el peaje.
Y ni que decir del abandono de las vías terciarias, como la de Santiago, Salazar, Arboledas, Cucutilla y la zona occidental del departamento.
La ruta para Tibú sumida en el abandono permanente, mucho más La Gabarra que ha sido recuperada por el Ejército parcialmente, la de El Tarra, la provincia de Ocaña, con Teorama, Convención, San Calixto, Hacarí y demás municipios en total abandono.
A esto se le suma el problema de la zona del Catatumbo, que se disputan los grupos disidentes y los Pelusos, en detrimento de los moradores de esa región, que ha sido explotada para extraer el petróleo, pero, no se le ha invertido pese a las promesas desde el Gobierno de Uribe y más con el actual presidente Santos que prometió el cielo y la tierra con el paro armado y no ha fructificado nada en beneficio de tan importante zona agrícola hoy festinada con el crecimiento de la coca, que es el punto esencial de la pelea entre los grupos al margen de la ley.
Muchos consejos comunales hubo en la época de Uribe, pero retribución en beneficios no se vieron.
Acá deja el actual gobierno, por mediación del entonces Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo la construcción del Palacio para la Fiscalía con una moderna edificación, que redundará en beneficio urbanístico para la ciudad y logístico para sus servidores, así como la ampliación del aeropuerto Camilo Daza que son de las pocas obras a mostrar a favor del departamento.
Ojalá se de algún cargo de peso a un nortesantandereano, que le permita desde la alta cúpula luchar por conseguir dineros y aportes a nuestro departamento y no nos quedemos con los crespos hechos como ha sido la tradición.
Muchas esperanzas de cambio hay en el nuevo gobierno, desde su planteamiento de reducir el Congreso, que sería un beneficio para el País, en materia económica y la lucha contra la corrupción, a todo nivel, porque ya ni las Altas Cortes escapan a ella o no estará lejano el día en que se entronice en Colombia el socialismo por lq gente cansada de ver como se roban más del 20% del presupuesto nacional, que es de todos los colombianos y ver, que esos delincuentes de cuello blanco reciben beneficios de reclusión en centros especiales, cuando son los que deberían ser sancionados más severamente por ser personas ilustradas, formadas en el exterior, con pleno conocimiento de lo que hacen al apropiarse del dinero del pueblo.