Las obras públicas son esperadas por los ciudadanos en cada administración, aunque hay casos como la actual que las mismas no son visibles y si las hay pocos las conocen. También hay tareas que se realizan a medias como por ejemplo el parcheo de las vías y finalmente, aquellas pequeñas obras que inician pero su ejecución es tan lenta que pareciera que no tiene fin.
En este último grupo, puedo citar la construcción o mejoramiento de separadores sobre la Avenida Los Libertadores a la altura del Centro Comercial Unicentro. La obra inició hace meses con un planteamiento operativo muy pobre.
Es decir, con pocos obreros, los cuales no fueron objeto de las mínimas medidas de seguridad industrial, siendo expuestos a accidentes que pueden afectar sus extremidades superiores e inferiores, habida cuenta que utilizan pantuflas en lugar de botas de seguridad y son sus manos las que reciben el impacto directo de los escombros porque guantes no poseen y lo más delicado es que lanzan pesados pedazos de concreto a la tolva de una volqueta, siendo la protección de su cabeza una gorra con publicidad de algún candidato al concejo de hace cuatro años.
En cuanto a la movilidad se refiere, peor, puesto que cerraron un carril muy importante en el entendido que la obra en ejecución está muy cerca de una peligrosa intersección, en donde el tráfico promedio diario es alto y la presencia de la Policía Nacional en su especialidad Tránsito y Transporte no es precisamente para regular el tránsito, sino para solicitar documentos a conductores que a su criterio, son posibles infractores de los cuales pueden obtener cincuenta mil o más razones para dejarlos continuar su paso.
Lo narrado me permite concluir que no existió ni existe interventoría en una obra ubicada sobre la principal arteria vial de la ciudad, que obligue al contratista a suministrar la dotación que por ley les corresponde y además que coordine con la autoridad uniformada lo relacionado con la movilidad, porque si lo que van hacer es interrumpir el flujo vehicular por capricho o por presuntas mañas, mejor que se vayan para otra parte y la verdad no sé para dónde porque nadie los ve regulando el tránsito.
En cuanto a la señalización, es muy deficiente, dado que no basta con instalar “colombinas” y cinta plástica porque difícilmente ayudaría en horas donde el sol hace su trabajo, en cambio en la noche, el riesgo es total no solo para los conductores sino para los peatones que por necesidad deben utilizar el separador objeto del mejoramiento.
Concluyo que la planeación de la obra es pésima dado que se han dispersado los objetivos, descuidado la atención al personal obrero y además han causado traumatismos tanto a la movilidad como a la ciudadanía, que por diferentes circunstancias debe atravesar la vía. Además, llamar la atención a los representantes de nuestra querida institución para que den cumplimiento al convenio que les permite realizar las tareas operativas, dentro de las cuales se encuentra la regulación del tránsito, actividad que no se evidencia en ningún lugar de la ciudad, resumiendo lo anterior en una frase: Creo que nuestro alcalde se equivocó en la selección de algunos colaboradores y ahí está una prueba.