Hace unos días, algunas personas publicaron en las redes sociales, videos relacionados con “piques” en un sector del Anillo Vial. En el mismo, se aprecian cientos de motocicletas apostadas a un lado de la vía y sobre el separador, esperando el turno de los aviesos conductores que impulsados por la adrenalina propia de la edad, el licor, alguna que otra droga o todo el combo arriesgan sus vidas en una práctica mortal.
Los “piques” o carreras de vehículos, se realizan en varias ciudades, en las que la acción de la autoridad es muy laxa, tal como sucede en la nuestra. Lo cierto es que dichas carreras obtienen un alto número de seguidores y admiradores, que en plan de “desparche” acuden a la cita en el sitio y hora definido por sus organizadores.
El asunto no es nuevo, porque desde el año 2016 apareció tímidamente en la misma vía (Anillo Vial Oriental) por cuanto varios tramos del mismo, se prestaban para este tipo de diversión y aún es el lugar preferido por los motociclistas que retan las leyes de la física, las cuales no son vencidas y en cambio, trágicos accidentes que todos debemos pagar porque los reportan como accidentes de tránsito y de ahí, el desangre del SOAT.
Ni por un instante debemos pensar que algún día bajará la tarifa, toda vez que la venta de motocicletas se ha incrementado año tras año y para completar, llegan del país hermano miles de ellas sin saber su destino en nuestra ciudad, aspecto que he comentado en varias oportunidades.
Es importante recordarles a las autoridades de tránsito, que los piques o carreras de vehículos no están autorizados en el territorio nacional y por tanto, su ejercicio tipifica violación al Código Nacional de Tránsito, en particular conducir con exceso de velocidad. Además, el hecho de que utilicen los separadores como estacionamiento, también se constituye en una evidente infracción.
No sería extraño que sumado a lo anterior, estuvieran una decena de ambulancias prestas a “servir” en caso de accidentes, porque de esa manera se tendría una verdadera forma de burlar a los ciudadanos de bien.
Concluyo que desde hace años existe una situación evidente que ninguna autoridad atiende por misteriosas razones y que los accidentes que se deriven de tan peligrosa manera de distraerse, no debieran ser cargados a los gastos del seguro obligatorio, en el entendido que no puede considerarse un accidente de tránsito, la acción voluntaria de conducir motocicletas haciendo malabares en una rueda, bajo el efecto del combo o parte él, puesto que pareciera que los dichos piques, estuvieran autorizados.