Polonia, insertada en el centro de Europa,hoy es dueña de una rica historia como nación católica e incluyente, pues no en vano llegó a ser el estado europeo con más judíos de Europa. Sin embargo, su historia en el siglo XX está plagada de dolor y violencia, cuando tras el colapso de los Imperios Ruso, Alemán y Austrohúngaro en la Primera Guerra Mundial, Polonia se convirtió en una república independiente.
En 1939, el pacto nazi-soviético creó un protocolo secreto que permitía a los fascistas alemanes y a los comunistas soviéticos invadir Polonia, tanto por el este como por el oeste, lo cual hicieron efectivamente, desmembrando Polonia. Los alemanes en Europa Oriental realizaron una guerra de exterminio, pues no en vano, Polonia fue el país de Europa que más muertos puso, si sacamos a la Unión Soviética: casi 6 millones, el 95% de los cuales fueron civiles. Polonia tuvo varios grandes campos de exterminio incluyendo el complejo de muerte Auschwitz-Birkenau. Y el gueto de Varsovia permanece como la mayor muestra de valor de un pueblo que se enfrentó solo a la barbarie que únicamente pueden producir los déspotas, con una parte de la ciudad totalmente arrasada, después del sitio a que fue sometida buscando matarlos de hambre. Prefirieron morir luchando que por inanición
En el Juicio de Nuremberg contra los líderes del nazismo, surgió un tema que después se ocultó, lo común en los comunistas, y fue la matanza de oficiales polacos capturados por los soviéticos en los bosques de Katyn en Polonia, que se pudo probar que fue realizada por los comunistas.
Hoy Polonia es miembro de la Unión Europea y de la OTAN. Fue el país que con más fuerza abrazó la democracia liberal tras largas décadas de estar como colonia soviética y es un milagro económico.
El PIB per cápita es superior a los 22 mil dólares, superior a sus vecinos de Europa Oriental e incluso de Grecia. Para referencia, el PIB per cápita de Colombia es 7 mil dólares, la tercera parte del de Polonia, país que en 1991 tenía un pib per cápita de algo más de 2 mil dólares. Con economía de mercado y democracia liberal se avanza en equidad, con el socialismo la pobreza se enquista.
La invasión de los actuales fascistas rusosa Ucrania despertó la necesidad de defensa de Polonia.
Dicen que Polonia tiene dos religiones, la católica que tan bien representó San Juan Pablo II y el odio a Rusia, tras muchas víctimas y décadas de opresión del paraíso obrero. Polonia como Israel saben que deben defenderse, pues cuando han esperado ayuda del mundo, se han convertido en cenizas en los hornos nazis o moneda de cambio de los estados europeos occidentales con el imperio ruso.
Por eso, Polonia tiene hoy el segundo ejército más grande de Europa y está solicitando a OTAN tener armamento nuclear disuasorio, pues como en el gueto de Varsovia, prefieren morir peleando que volver a ser lacayos de déspotas de izquierda. Quienes sostienen que Trump le va a regalar Ucrania a Putin, no entienden la nueva realidad europea, que ahora gira a la derecha, ni a Trump. Y también se refuerzan los estados bálticos, Suecia y Finlandia, país este que también en 1939 luchó una guerra exitosa contra Rusia hasta que fue abandonada por Inglaterra y Francia.
Escala la tensión entre Rusia y Ucrania, pero las amenazas de Putin, en lugar de asustar a sus antiguos estados vasallos los llena de determinación para decir: NO MÁS. El muy próximo giro de Alemania a la derecha, podría poner las cosas graves para Rusia.
Claro que hay en ciernes una guerra mundial. Una guerra contra el autoritarismo, el fundamentalismo incluido el progresismo y los estados terroristas. Basta observar a Corea del Sur y Japón en el Pacifico. A Trump le toca geopolítica 2.0 remasterizada, gracias a que el apaciguamiento progresista de Biden-Harris pusoal mundo en guerra.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion