AMABLES LECTORES: Según el diccionario de OXFORD, “Posverdad” fue la palabra del año. Explica la sensación, en un grupo de la población, contra todo lo que tenga que ver con el establecimiento. Este sentimiento hizo ganar la presidencia de los Estados Unidos a DONALD TRUMP, produjo el triunfo del llamado Brexit en el Reino Unido para lograr el retiro de la Gran Bretaña de la Unión Europea y logra el éxito del “no” en el plebiscito sobre los acuerdos de paz firmados en Colombia con la guerrilla. Este nuevo término también pone sobre el tapete, que los hechos objetivos influyen menos en la opinión pública, que la emoción y las creencias personales.
El filosofo A.C. Grayling, quien apoyó la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, en contra del Brexit, se preocupa grandemente por la posibilidad de ver un mundo dominado por la posverdad. Se pregunta Grayling ¿de dónde viene la posverdad? La crisis financiera del 2008 creó una desigualdad de ingresos aumentando la brecha entre ricos y pobres y por consiguiente una altísima disconformidad en la clase media, que ha sufrido un gran estancamiento en sus ganancias, el resentimiento económico ha sido el gran alimento para las emociones contra la emigración y sembrar un gran fastidio sobre los políticos ya establecidos.
Grayling también asegura que las redes sociales han sido claves en la cultura de la posverdad: “la opinión vale más que los hechos” ; como vemos este fenómeno es terriblemente narcisista y es una forma de colocarte en primera fila para ser visto como una celebridad. Se ha vuelto complicado distinguir entre realidad y ficción. Unos reclamos en Twitter tiene la misma representación que una biblioteca llena de investigaciones. Si alguien habla del holocausto judío, no faltarán algunos atrevidos y mentirosos comentarios que se atrevan a negar que existió. Todo es relativo ya no existe la verdad. Grayling relata la historia de Addai Stevenson, representante liberal que en 1952 compitió por la presidencia de los Estados Unidos. En esta oportunidad alguien le dijo: “señor Stevenson cualquier ser pensante de los Estados Unidos votará para presidente por usted” y él respondió: “es maravilloso pero necesito la mayoría para ganar la elección” y la perdió. La elección de TRUMP y algunas de sus frases como: “el mundo estaría mejor con Saddam Hussein “ o “ Putin es un gran líder “ nos lleva afirmar, como complemento del término posverad que: “ no se necesitan hechos, simplemente puedes mentir”.
La política ha adquirido, además de ser mentirosa, características de “suma cero”. En lugar de cumplir, como debe ser, con más riqueza y bienestar para todo el mundo, coge cosas de unos para dárselas a los otros, siendo los más ricos los ganadores en este reparto, creando así mayor nerviosismo y tensión en las personas de clase media haciéndolas más susceptibles a la demagogia racista y xenófoba, abonando con facilidad un terreno a populismo político, que como todos sabemos está alimentando con un cúmulo de mentiras.
Hoy el mundo se pregunta. ¿Qué futuro le espera a Estados Unidos que pronto será gobernado por alguien que repudia las alianzas, defiende el proteccionismo y admira a los déspotas? Igualmente, “qué futuro le espera a una Unión Europea maltrecha con el Brexit y la posibilidad de triunfo de Marine Le Pen en las próximas elecciones para la Presidencia francesa