El recorte anunciado en el presupuesto nacional destinado al deporte, en forma significativa, más del 60%, dio origen a una protesta justificada por parte de las figuras deportivas de nuestro país, incluidos los medallistas olímpicos. Si hay una actividad para destacar y donde se han notado los avances, es el deporte; lo cual quedó patentado en la última olimpiada. El camino ascendente de triunfos no puede ser truncado con una asignación menor a los deportistas, porque ellos son embajadores y portadores del buen nombre de Colombia, nos brindan alegría y unen a todos colombianos en torno de una causa.
La respuesta no se hizo esperar por parte del ejecutivo nacional, el mismo ministro de hacienda salió al paso para explicar que en el rubro destinado a la formación de los deportistas habrá una reducción mínima, pero si se verá afectada la inversión en escenarios deportivos. Lo cual tampoco es aceptable conocida la necesidad de que haya campos deportivos para el uso de los jóvenes, no solo aquellos en los cuales los deportistas de alto rendimiento practican, sino también los de menor categoría donde se forman los futuros campeones y sirven para la recreación de todos.
¿A dónde va la plata que ya no tiene como destino la guerra? Se había dicho que la salud y la educación tendrían una mayor participación en la torta del presupuesto nacional. El deporte bien podría ser beneficiario de esos dineros que ahora tendrán un destino diferente.
Otra noticia del deporte es el retorno del Cúcuta deportivo a su sede natural, nuestra ciudad, de donde nunca debió haberse marchado, aún si los vientos que soplaban eran de derrota. Un afortunado acuerdo entre las autoridades locales, departamentales y el señor Cadena, socio mayoritario del equipo; logró que el estadio General Santander sea en un plazo corto la cancha donde juegue sus partidos el onceno rojinegro que es patrimonio de esta ciudad que siempre lo apoya y lo ha visto triunfar en épocas de gloria y grandeza.
El buen rendimiento actual del equipo en el torneo de la B augura éxitos en serie que le garanticen el pronto retorno a la primera categoría, donde siempre debe estar. A los aficionados y a la gente en general, le hace falta el equipo, las tardes o noches de fútbol, esa es una buena distracción, además de favorecer a todos aquellos que montan una actividad lucrativa alrededor de los partidos. Todos ganamos con el Cúcuta en su casa.
Y finalmente hay que reseñar la salida en falso de Diego Maradona, en su defensa al gobierno de Maduro y su dictadura. Ello como consecuencia de la amistad con el fallecido Hugo Chávez y su pasado de niño pobre. Los memes que ridiculizan a Maradona con uniforme de soldado de una patria ajena listo a combatir son todo un chiste, como su discurso socialista burgués que no es ejemplo para ningún pueblo.