Las promesas de campaña, son algunas de las estrategias utilizadas por los candidatos para lograr el favor popular en las urnas, así no gocen de verdaderos criterios jurídicos, aunque eso poco les importa.
Desde la óptica de la movilidad, es imposible entender al elector, puesto que si un candidato es una persona de alta solvencia moral, ha tenido o tiene experiencia de docencia universitaria y además es exitoso en la empresa privada, su propuesta puede ser que apunte a verdadero mejoramiento en materia de cultura ciudadana.
Perfectamente puede socializar el menú de infracciones que contienen las leyes de tránsito, aumentar las cámaras para fotodetecciones, exigir el cumplimiento de horarios a las empresas que cubren las rutas metropolitanas y ajustar el convenio con la Policía Nacional en materia de operativos. Ese es el candidato A.
Por la misma época, salta al ruedo del cargo público más importante de la ciudad, un candidato que en busca de votos, anuncia: revocar la concesión que dio vida jurídica a las fotodetecciones de infracciones y libertad para que las personas utilicen sus vehículos particulares en el servicio público.
De igual manera, derogar el decreto del parrillero hombre, autorizar para que los moteros no solo transiten por donde quieran, sino que lo podrán hacer en “chancletas” y sin camisa. También permitirá el estacionamiento en donde estime el conductor, eliminando las señales de prohibición. Ese es el candidato B.
Aunque el mayor porcentaje de la ciudadanía critica algunas manifestaciones de disciplina por parte de la autoridad de tránsito, a la mayor parte de ellas les agrada ver la ciudad ordenada, pero llegada la época de elecciones, es más probable que gane el candidato B, porque son muchas personas que critican, pero no votan y de ahí que en el menú de aspirantes, hay más de uno que promete algunos de los temas que ofrece el candidato B y eso es preocupante.
Con el paso del tiempo y muy próximos al día de elecciones, aparecerán otras falsas promesas que de seguro, atraparán un buen número de personas que poco distinguen entre una propuesta y promesa de campaña.