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Protocolos secretos
¿En los Acuerdos de la Habana entre el Gobierno Santos y las Farc habrá algún protocolo secreto?.
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Viernes, 30 de Septiembre de 2016

El tema de los protocolos secretos de negociaciones, usualmente entre estados, es un aspecto fascinante de la historia.

Uno de los más famosos es el, en su momento, impactante acuerdo entre Hitler y Stalin en 1939, conocido como Pacto de no Agresión Germano-Soviético, que básicamente consistía en que los dos estados no se confrontarían entre sí por las acciones bélicas de la contraparte. Se entendía que en caso de guerra de Alemania con Francia e Inglaterra, lo que sucedió días después de firmado el pacto, la Unión Soviética no intervendría a favor de ningún bando. El pacto y su protocolo secreto se firmaron en agosto de ese año y Alemania invadió Polonia el 1 de septiembre; el 4 de septiembre estaban en guerra Alemania contra Inglaterra y Francia.

Pero había un protocolo secreto que se aplicó al pie de la letra. Lo central de este era que en caso de ataque alemán, Polonia se dividiría entre ambos, como sucedió. Polonia fue repartida y llevada al martirio en la Segunda Guerra Mundial, quedando como símbolo de la infamia el campo de concentración de Auschwitz.

Como eran enemigos históricos, ambos usaron el pacto, que ambos sabía que sería violado, para ganar tiempo. Alemania para consolidarse en Europa occidental y la Unión Soviética para trasladar al Asia su capacidad de producción. El acuerdo lo violó Alemania y la guerra subsiguiente fue la más cruenta y perversa de la historia humana, que concluyó después de más de 25 millones de muertos, 20 de ellos soviéticos entre militares y civiles, con la desaparición de Alemania.

Era otro pacto de paz violado. Y otro acuerdo de paz con protocolo secreto. 

Otro acuerdo de paz que solo consistía en un acuerdo secreto previo entre las potencias fascistas, Italia y Alemania y las “democracias” inglesa y francesa, fue el vergonzoso acuerdo de Munich, donde las “democracias” apaciguaron a los lobos fascistas entregándoles Checoslovaquia, con el convencimiento que se contentarían con eso. Fue apoyado de manera entusiasta por casi toda la clase política y el pueblo y los inefables medios de comunicación recibieron al primer ministro Chamberlain, poco menos que como un héroe, limando el lenguaje llamando al dictador alemán, señor Hitler, pues se había logrado la “paz” estable y duradera en Europa. Un año después empezaba la segunda guerra mundial que cobraría 60 millones de víctimas, cerca del 2% de la población mundial de la época. También tuvo apoyo mundial, excepto en Checoslovaquia. Solo un hombre, loco de derecha en la oposición, Winston Churchill dijo “el dictador alemán, en lugar de agarrar la comida de la mesa, se conformase con hacer que se los sirvieran plato 
por plato (…) No puede existir nunca la certeza de que habrá una lucha, si una de las partes está decidida a ceder por completo (…) la hora de la verdad no ha hecho más que comenzar. Esto no es más que el primer sorbo, el primer anticipo de una copa amarga que nos ofrecerán año tras año, a menos que, mediante una recuperación suprema de la salud moral y el vigor marcial” se arregle.

Hay muchos más acuerdos con protocolos secretos, escritos o verbales, tácitos o explícitos, que llevan a que un participante de los tribunales de Núremberg estableciera que en los siglos históricos del ser humano, el promedio de duración de acuerdos de paz que iban a durar mil años, era en promedio de dos años. Podemos recordar los acuerdos de Versalles o los de Francia y Estados Unidos sobre Indochina y un largo etcétera. Los lobos no se aplacan con migajas, quieren la mesa. Claro, arrancan por las migajas. Y siempre cuentan con apoyo entusiasta y generalizado.

¿En los Acuerdos de la Habana entre el Gobierno Santos y las Farc habrá algún protocolo secreto?. ¿Algo sobre el Catatumbo y la frontera? No que yo sepa.

Manuel Guillermo Camargo Vega

Bogotá, septiembre de 2016

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