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Pues sí: ¡Recordar es vivir!
El Palazzo Bonaparte fue residencia de la coja Letizia, la Madre de Napoleón y tiene frescos de 1700 y lienzos de los impresionistas por donde ya había pasado Vincent Van Gogh.
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Jueves, 26 de Septiembre de 2024

 

Luis Fernando Echeverry nos contó la semana pasada, que los restos del maestro Fernando Botero y Sofía Vari su esposa, descansarán ahora en la deliciosa y apacible Pietrasanta de la Toscana Italiana. 

Allí seguirá en exposición permanente su obra en el Palazzo Bonaparte, pues allí pasaron sus querencias de torero a pintor apasionado, el 21 de abril de 1946 cuando vio a Manolete caminando lentamente, derecho e imponente hacia el toro. 

Entonces recordé que su primera exposición, se realizó aquí en el palacio de la cúpula chata en 1960, cuando Botero era absolutamente desconocido siendo secretario de Educación Eduardo “lalo” Cote Lamus.  

El Palazzo Bonaparte fue residencia de la coja Letizia, la Madre de Napoleón y tiene frescos de 1700 y lienzos de los impresionistas por donde ya había pasado Vincent Van Gogh. Estaba cerrado al público y ahora lo abrieron y está de moda.   

Pues bien, Cote Lamus siendo Secretario de Educación de N de S y con la anuencia de la papisa argentina del arte en Colombia Marta Traba, colgaron lienzos aquí en la gobernación tanto muchachos como viejos como Fernando Botero que entonces tenía 28 años, Luis Caballero, Enrique Grau, Alejandro Obregón, Camila Loboguerrero, Guillermo Wiedemann, Eduardo Ramírez Villamizar y el peruano Armando Villegas.     

Botero había pasado por la escuela de tauromaquia con veinte niños más que respiraban y ocultaban el miedo y cuando el profe ordenó una prueba para liquidar el astado que se le quedó vivo a Morenita del Quindío, todos los niños huyeron y entre ellos iba Fernando Botero que renunció a ser torero cuando vendió su primer cuadro.   

Recordar es vivir. De los cuadros colgados y expuestos por esos pintores entonces desconocidos en el Palacio de la Cúpula Chata quedaron dos en Cúcuta. Cote Lamus expresó que con el tiempo ese edificio sería un museo regional. Han pasado 63 años y como el embalse que sabemos: los sueños, sueños son.   

Un Obregón que compró La Gobernación estuvo en el Edificio de la Casa de la Cultura y otro que compró la alcaldía estuvo en la antesala del Despacho hasta 1986. Por ahí ruedan fotografías que dan fe.  


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