Hay algo que asusta más que el ministro de Hacienda con un decreto en las manos: es la lectura de un periódico en los días de receso en los que nosotros, los jubilados, nos distraemos a falta de los amigos, la mayor parte de los cuales se despidieron de este mundo y se fueron a rendirle cuentas al Señor.
Asusta mucho la lectura de los diarios y ver los noticieros porque nos lleva a pregunta sin respuesta: ¿qué nos pasa a los colombianos, que no hemos podido entrar en la senda de la cordura, del respeto a los demás y en el acatamiento de las leyes? Y solo hay una explicación lógica: son las fallas en la educación, un área que en otros países es fundamental y aquí se ha entregado, por intereses políticos, a personas que no tienen la menor idea del tema.
Un repaso de los periódicos nos muestra un día cualquiera estas perlas de noticias: Indicios de corrupción en la Policía, donde se enfrentan dos altos oficiales. Asesinato de un matrimonio de antropólogos en la Sierra Nevada causó grave descenso en el turismo. Seguridad, el principal desafío de los nuevos alcaldes, Qué esperar del 2020, el año de la ira. Pelea de dos empresarios por contratos en los juegos nacionales. Se va Peñalosa, llega Claudia. Hay que cambiar las instituciones, No han hallado a la senadora que huyó de un consultorio. Dan de baja al comandante del Ejército. Más de 40 funcionarios no terminaron su periodo por corrupción. Asesinan en Cali a fiscal antimafia. Garantizar la seguridad de los exFarc, un reto para el 2020. Guerra por el tesoro del San José. Homicidio, verdades a medias.
No hay necesidad de citar más noticias. Con estas es suficiente para demostrar las razones para que nos agarre el insomnio. Colombia tiene serios problemas debido a la ausencia de respeto por lo ajeno, a la falta de un presidente más veterano y a la ausencia de dirigentes políticos para quienes sean más importantes los intereses nacionales que “la mermelada” que pueda darles el mandatario de turno. En fin, hace falta más educación para que el país salga adelante y deje atrás el atraso, como lo pidieron miles de jóvenes en el inolvidable paro nacional. Hay naciones que han entendido esta premisa y por ello, como lo hicieron Estados Unidos y China, alcanzaron niveles de desarrollo que aspiro para mi patria, que gastó muchos años en la estéril lucha entre dos partidos que están en franco deterioro y a punto de desaparecer gracias a las actuaciones de unos pillos que se roban hasta la comida de los niños. Pobre Colombia con esos malos hijos. Ojalá este año cambie el panorama y logremos el progreso. Es mi mayor deseo para el 2020, que deseo sea próspero para mis lectores. GPT