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¿Quién la asesinó?
Tadeo Espitia fue torturado en la brigada militar y bajo tortura fue obligado a hacer esos señalamientos.
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Sábado, 25 de Noviembre de 2017

Las tragedias en este país no terminan nunca. En junio  de 1982 Colombia era sacudida por una noticia sobre el secuestro de una joven mujer que era funcionaria del gobierno de Turbay, Gloria Lara, de quien de las pocas cosas que se conocía era que hacía algunos años,  su padre Oliverio, un trabajador campesino huilense había sido secuestrado y asesinado por robarlo.

Las ironías de la vida harían que su hija corriera la misma suerte. En esos años 80 el país comenzaba a vivir la expectativa que generaba Belisario Betancur quien prometía casas gratis e iniciaba diálogos de paz la guerrilla del M – 19.

Después de esos años difíciles del gobierno de Turbay en el que se vivió y sufrió el estatuto de seguridad, torturas, allanamientos y desapariciones, el nuevo gobierno creaba un nuevo ambiente en el que la gente creía que vendrían buenos años de reconciliación para el país.

El secuestro de Gloria Lara empezaba a mostrar que no sería así, y menos aun cuando a mediados de noviembre del 82 los periódicos en el país publicaron una imagen de la secuestrada con signos evidentes en su rostro del sufrimiento, acompañada de uno de sus captores encapuchado y con un arma apuntándole, en la que con mucho sensacionalismo se anunciaba que al día siguiente sería ejecutada.

Lo grave de la noticia es que fue cierto. A los pocos días encontraron su cadáver en el barrio Bonanza del noroccidente de Bogotá. Aunque por esos años las actividades y los crímenes de la mafia aún no habían escalado como después lo debió sufrir el país, ese secuestro y asesinato de Gloria Lara impactó al país. Alcanzo a recordar las noticias y los comentarios que en esos años de universidad expresaba la gente.

Las fuerzas militares le arrebató la investigación a la justicia ordinaria. A los pocos meses el mismo ministro de Defensa anunció a los responsables del crimen, mostrándole al país como prueba de la investigación el relato de un hombre, Tadeo Espitia, de quien las imágenes no podían ocultar que había sido maltratado.

En su versión, además de aceptar el secuestro y el crimen, inculpó como autor intelectual a Hernando Franco y citó a otros supuestos cómplices, entre ellos a uno que le decían “Petete”, quien según su versión era el conductor de un Renault blanco en el que se había perpetrado el secuestro. Sobre el cadáver de Gloria Lara estaba una bandera de un grupo ORP, organización revolucionaria del pueblo, que sería la responsable del crimen.

Fueron muchos los señalados en esa versión, varios de ellos jóvenes estudiantes cuyo mayor y único desafío había sido la de estar leyendo algún libro sobre el marxismo. Ahí comienza la historia de uno de los incriminados, Víctor Rojas, estudiante en alguna facultad de derecho en Bogotá, quien tenía algunas ideas de izquierda como información y estudio político, pero lejos de participar en un crimen como el señalado.

Con los años se supo que la verdadera historia detrás de ese crimen, fue la banda de los “Murcia”, quienes habían tratado de lucrarse de los dineros de su víctima heredados de su padre, y los que tenía de su matrimonio con un empresario de apellido Echeverry. Esa acusación sin duda fue uno de los primeros episodios de falsos positivos que conoció Colombia, que desafortunadamente con los años se volvió recurrente.

Tadeo Espitia fue torturado en la brigada militar y bajo tortura fue obligado a hacer esos señalamientos. A Víctor Rojas esa falsa imputación le cambió su vida, porque a los pocos días de haberse visto en televisión, arregló lo poco que pudo empacar, y se fue a vivir en Suecia, en Smaland – pequeño país en sueco- en donde vive hace 30 años, país que lo acogió y desde allí, desde el exilio, que como el mismo magistralmente lo describe, “es ese estado de derrota donde viven los poetas”.

Este hombre bogotano, acaba de presentar en la librería Luvina en la Macarena su última novela “ La virgen crucificada” donde hace un radiografía nuestro difícil país, escritor que ha sido galardonado con el premio de la Academia de Suecia,  y quien con la editorial había escrito anteriormente “ Juego de escorpiones”, donde denuncia esta otra historia infame que hemos vivido.

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