El problema más grave de Colombia, sin temor a equivocarme, es la violencia sobre niños y mujeres, principalmente en el entorno familiar. Este que es uno de los delitos más graves en cualquier país, pues atenta contra el futuro, en Colombia se trata con “políticas de salud pública”, a menos que se llegue al homicidio, en cuyo caso actúan unas leyes fuertes como las del feminicidio y la de menores víctimas. Eso claro si se es ciudadano común, si se es exguerrillero que abuso porque pertenecía a organizaciones que tenían el abuso como premisa, no tiene que pagar nada, sino presentarse para ser beneficiario de la “paz”.
Pero mientras no haya homicidio, el abuso por dependencia económica, la violencia sicológica, la violencia verbal generada por el consumo de sustancias alucinógenas o alcohol, son vistas como “casi normales” en nuestra sociedad. Tener hijos por quienes no responder, insolventarse para no cumplir obligaciones de sostenimiento, entre otras, son comunes en nuestro medio. Esta actitud es responsable de la alta tasa de abortos y al número inaudito de familias de madre cabeza de hogar. Y eso vale para todos los estratos sociales y para personajes públicos.
El último denunciado por ello es el candidato de la “Colombia humana” para la alcaldía de Bogotá, comunicador social, defensor de los “derechos humanos”, militante de la paz, acérrimo petrista y furibundo antiuribista, expresidente de Canal Capital y concejal de Bogotá: Hollman Morris. La denuncia la hace quien fue su esposa por veinte años, y con quien tiene tres hijos, sólo una de ellas mayor de edad, que hacen parte de la demanda, quien relata actos de violencia económica (la madre no tiene trabajo), sicológica, consumo de sustancias sicoactivas, prostitución, infidelidad abierta, y otras cosas que Vicky Dávila en su entrevista dijo no revelar por respeto a los hijos. Los únicos derechos humanos que no defendía eran los de su familia, ni daba “paz” a su familia. Actuaba como un nuevo rico gastando grandes sumas de dinero en juergas, con actitudes de gamonal, e incluso le han presentado alguna denuncia, no se sabe si ante la justicia, pero si ante los medios, por acoso sexual.
Lo que se ve en esa denuncia es la radiografía de un patán, que será la justicia (ojalá no sea un juez venal) la que deba definir la veracidad de lo denunciado. Pero lo que si me llamó la atención fue la defensa que Morris hizo, también ante Vicky Dávila, sobre lo denunciado. Dijo que era una persecución del uribismo, y que su esposa e hijos eran rehenes de un complot. Parece una alucinación por drogas, las cuales aceptó que había ingerido en estrés post-traumático por la persecución de la derecha. No se sabe si las dejo, como dijo que lo hizo, porque ya no lo persiguen o por alguna terapia de rehabilitación. Pero lo que me quedo sonando fue la defensa del tema económico, y su uso como herramienta de presión contra su esposa e hijos. Dijo que eso no era cierto porque él le daba 12 millones de pesos mensuales para gastos, le había dejado un apartamento de dos mil quinientos millones decorado con obras de arte por 100 millones, y dos carros de modelo reciente. Afortunadamente es enemigo del capitalismo.
Pero las cuentas no me dan. Un concejal de Bogotá gana mensualmente, $ 15.512.880, que después de aportes e impuestos quedaría por debajo de los 12 millones que dice mandar a su casa cada mes, según lo registra canaltropical.co, en valores de 2018. Cuando era presidente de Canal capital devengaba 18 millones. Como no vive con ella, deberá pagar sus propios gastos, que, dependiendo de sus adicciones, pueden ser altos. ¿Con que pagó un apartamento cuya cuota mensual estaría por los 12 millones, si se financiara a 25 años y se hubiera pagado en efectivo el 30% del valor, equivalentes a 750 millones, como cuota inicial? ¿O para comprar arte? Tiene otro empleo, que entiendo no podría por ser funcionario público. ¿Tiene rentas familiares? ¿Tiene otros negocios privados? ¿De dónde sale tanta plata? Su jefe, Gustavo Petro, está acusado de recibir “préstamos” (no reconocidos por los acusados de prestatarios) en bolsas plásticas, será que Hollman Morris también vive de prestámos.
Los órganos de control pueden oír los audios en la página web de W radio. Como dice el dicho, entre más aclara, más oscurece. Después dicen que las prácticas chavistas no se dan en Colombia.