El robo de emblemas a los vehículos tipo automóvil y camioneta está tomando fuerza día a día, principalmente en la “zona rosa” de la ciudad.
La marca preferida por los cacos es Toyota, de ahí que se ha vuelto preocupación de sus propietarios, estacionar en el sector mencionado sector del barrio Los Caobos.
El asunto cobra más fuerza luego de un atraco sucedido hace algunas semanas a un reconocido negocio, en la calle 15 entre 2E y 3E.
De las situaciones expuestas, no se debe señalar a los inmigrantes, puesto que no tengo conocimiento por parte de las autoridades, de la captura de los delincuentes que azotan a la ciudadanía por ese tipo de delitos y por lo tanto puede tratarse de nacionales o los dos.
El problema radica en la inexistencia de estacionamientos, cercanos a la zona y los pocos que se encuentran, prestan el servicio en horario de oficina, total que el banquete de autopartes, se ofrece todo el día.
Eventualmente hay presencia de la autoridad, pero la astucia de los ladrones los supera en inteligencia y para completar, muy cerca al puente atirantado sobre la Diagonal Santander, se observan varios locales que ofrecen rines, llantas, emblemas, espejos, que perfectamente pueden corresponder al resultado de lo robado a los automotores.
La verdad sea dicha, mientras los afectados confluyan a ese sitio en la búsqueda de lo hurtado, el negocio será muy próspero y la cadena de la ilegalidad seguirá en aumento, motivo por el cual, el ciudadano de bien debe saber que comprar estos elementos se constituye en un delito, por constituirse parte de la cadena de los llamados reducidores.
Nuestra querida institución, debe cercar a estos desadaptados sociales y con prueba en mano judicializarlos, aunque esa situación ha pasado y pasará como algo normal, puesto que no conozco casos de ciudadanos que instauren denuncias ante el robo de un espejo o un emblema.
Mejor lo harían, mediante una rigurosa vigilancia a los establecimientos con fachada de legales que son responsables de tan incómoda situación y además, explicar a los afectados que lleguen en busca de sus partes, que el Código Penal, establece en el artículo 298 el delito de receptación que sanciona con cárcel a quien compre objetos robados y no creo que una persona de reconocida solvencia moral, decida atravesar tan tortuoso camino.
Concluyo que la vigilancia policial en la zona rosa es muy regular y debe corregirse. El robo de autopartes seguirá en aumento mientras los afectados acudan a prácticas de matiz penal y los propietarios, no dejar por mucho tiempo sus vehículos abandonados puesto que aquellas personitas que dicen cuidarlos, es posible que formen parte de la delincuencial modalidad de robo.