El reciente resultado de la consulta anticorrupción arrojó resultado obvio: los viejos partidos políticos que escribieron todas las páginas de la historia en los últimos 200 años, están desapareciendo y en su reemplazo están surgiendo nuevas fuerzas con atractivos nombres e ideas, tales como los verdes, Cambio Radical, Centro Democrático, Mais, etcétera.
¿A qué se debe el fenómeno? Sencillo. Al desprestigio de las dos colectividades, que cayeron en manos de unos vivos que se dedicaron a recibir la ‘’mermelada’’ del gobierno para invertirla en su propio beneficio, que incluía yates, automóviles de alta gama, apartamentos en Miami y otros lujos que no se pueden adquirir con un módico sueldo.
¿Que causó el problema? Pues los errores, por llamar de alguna manera, las metidas de pata de personajes que se apoderaron de las colectividades históricas, que pasaron de manos de jefes carismáticos e inolvidables, como los expresidentes Laureano Gómez, Alfonso López y Darío Echandía, quien decía que en política se puede meter la pata pero no se puede meter la mano, a caer en poder de sujetos que por ejemplo, hicieron gastar cuarenta mil millones de pesos para dilucidar el nombre de quien sería derrotado por el candidato de Alvaro Uribe, como en efecto vino a ocurrir.
El desprestigio fue aprovechado por periodistas interesados para inflarlo, hasta el punto de que oscuro senador liberal se convirtió en el jefe único de la extrema derecha y un exalcalde europeo incrementó su fama al bajarse los pantalones, en pleno recinto del Senado, para mostrarle a sus colegas un pálido trasero. Algo increíble en épocas lejanas en que la manera de conquistar electorado era dar pruebas de sapiencia e inteligencia y no de desnudez. Hemos llegado al punto de que un nieto de Laureano, que encabezaba lista conservadora para Senado, no alcanzó los votos necesarios para ser elegido, mientras si llegaban a esa corporación personas totalmente desconocidas o era elegido presidente de la república un candidato que no había sido ni siquiera alcalde de pequeño villorrio.
¿Hasta dónde llegara el fenómeno? No es posible saberlo aunque lo que sí es seguro es que debemos prepararnos para ver nuevos liderazgos, como les ocurrió a los gringos que reemplazaron un carismático mandatario como Barack Obama por un millonario como Trump que nunca había sido congresista. Por eso, creo yo, ahora sí podría llegar a presidente famoso personaje que era profesor en la Universidad Nacional, el desaparecido Goyeneche. Para allá vamos y no se sorprenda cuando ocurra. Por ahora, los nuevos partidos ya empiezan a dividirse y a caer en la anarquía. GPT