Si hay algo que la gente del común, como yo, desconoce totalmente, es la verdad histórica. Que es muy esquiva, sobre todo tratándose de los acontecimientos que han cambiado el curso de los hechos o han cortado la vida de personajes que, se suponía, iban a transformar la historia. La verdad es muy difícil, como lo demuestra lo ocurrido desde los tiempos de nuestro padre Adán hasta nuestros días.
Es tan esquiva la verdad que todavía, después de muchos años, no sabemos quién fue el autor intelectual de hechos tan lamentables, con tantas repercusiones, como los asesinatos de Jorge Eliécer Gaitán y de John F. Kennedy, a pesar de que se llevaron a cabo exhaustivas investigaciones de comisiones o funcionarios especiales. Fracasaron policías ingleses y gringos, así como funcionarios colombianos que estaban interesados, como los gatos, en tapar los desperdicios.
En Alemania y Argentina, así como en Chile, se integraron comisiones de la verdad para hallar a los culpables de crímenes que horrorizaron a la opinión pública de esos países. Como consecuencia, muchos bandidos fueron a la horca, al suicidio y a la cárcel, pero se conoció la cruda verdad, que involucró a personajes de todos los niveles, desde mariscales y generales hasta simples sicarios. Hubo condenas para todos los culpables.
Aquí, el presidente Juan Manuel Santos acaba de sancionar ley que crea comisión que en un plazo de tres años debe aclarar los crímenes ocurridos en los últimos años. La iniciativa que no fue recibida con agrado por sectores interesados en tapar la historia, nos revelará la verdad de lo ocurrido, aunque tengo el temor de que como ya ha pasado con otros informes, se le tilde de izquierdista, de castrochavista o de mentiroso, sobre todo si se revelan hechos en que están involucrados unos intocables.
Sería bueno, y espero que así ocurra, que se revele los nombres de quienes son responsables de la violencia que azotó a Colombia durante los últimos sesenta años, caiga quien caiga. Solo así se logrará la paz duradera, pues las víctimas esperan que se haga justicia y se sepa de los miles de desaparecidos.
P.D. Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, alias el inútil, se entrevistaron con Donald Trump para pedirle que tumbe a Juan Manuel Santos. En otro país los condenarían por traición a la patria. Una pregunta: ¿Habrá metro en Bogotá o el alcalde Peñalosa no lo hará nunca, pues se dañaría el negocio de los buses? GPT