¿Vicky Dávila preguntó a la vicepresidenta electa, Martha Lucía Ramírez, que si la corte ordenaba la captura de Álvaro Uribe, ellos como poder ejecutivo lo respetarían? Esa pregunta que trae todo el veneno de los izquierdistas colombianos que concentran su odio en Uribe, en parte por lo de los falsos positivos, pero principalmente en venganza por haber dado de baja a Reyes, el Mono Jojoy, Iván Ríos, Cano y otros “próceres” del mamertismo nacional, fue respondida adecuadamente por Martha Lucía Ramírez, al decir que ellos como demócratas respetaban la separación de poderes, aunque lamentaría seguir en la politización de la justicia y la judicialización de la política.
Por los mismos días el presidente electo Iván Duque se reunió con las cortes y estas le solicitaron no hacer ninguna modificación a la justicia, recurriendo al poder Legislativo, sin la “aprobación” de ellas, mostrando ellas sí un irrespeto por la separación de poderes, muy basado en el pensamiento “progresista” de respetar y exigir respeto solo en lo que a ellos afecta e irrespetar lo que les sea contrario. Obvio, no son demócratas.
Ese es un reto que tiene el nuevo Gobierno, reformar una justicia mamertizada y corrupta, por lo que María Isabel Rueda en su columna dominical de El Tiempo le recomendó al presidente Duque no repetir más que iba a acatar la solicitud de las cortes.
Otro ente esencial del Estado que el nuevo presidente debe enderezar son las fuerzas militares que han mostrado una lealtad espartana a los gobiernos, no así al Estado, por lo que hoy tenemos una cúpula dedicada a defender el proceso de La Habana, con un tufillo bolivariano tendencia siglo XXI, mientras el país nada en un mar de coca y el crimen organizado se consolida. Esto en parte se debe a que, en Colombia, a diferencia de regímenes parlamentarios, el jefe de Estado y el jefe de gobierno, así como el comandante de las Fuerzas Militares se concentran en el presidente. Es bueno recordar que el soporte del régimen madurista en Venezuela son las fuerzas militares, que también hacen lo que les diga el gobierno de turno. Fue grave oír al comandante de las fuerzas militares pidiendo al Congreso que aprobara el reglamento de la JEP sin cambios que afecten lo que Santos, alegre y desfachatadamente, dio a las farc. Ese tipo de comandantes es coherente con un ministro de defensa que quería poner flores en los fusiles de los soldados. Recuperar la legalidad, eje de la campaña de Duque, pasa por imponer seguridad, lo que se hace imposible con una cúpula militar de ese talante. Es urgente llamar a calificar servicios a bastanticos generales línea santista.
La separación de poderes, base de la democracia liberal, y que los “progresistas” usan de manera crónica para acabar con la democracia liberal, tiene fisuras por las que se cuelan los enemigos de la democracia. Ellos, como el caballo de Troya, en nombre de principios supra constitucionales se van tomando poderes y entes centrales del estado, empezando por el poder judicial desde donde “judicializan” la política, siguiendo por el sector educativo desde donde preparan cuadros desde la infancia para mantener el “progresismo”, culminando, en las fuerzas militares que una vez imbuidas de “progresismo” y amplias cuotas de poder, permiten consolidar un régimen autoritario de largo plazo, que solo conserva la fachada de democracia liberal. El resto lo hacen elecciones “dirigidas”.
El presidente Duque tiene bastante trabajo para lograr que los cauces de la separación de poderes se dirijan hacia los verdaderos principios de la democracia liberal, alejando al país de aventuras progresistas, que estuvieron tan en boga en la región andina en épocas recientes. Presidente Duque, como Usted sabe, nuestros “progresistas” solo entienden actos de autoridad; cualquier política de “apaciguamiento” sólo la entenderán como debilidad. Inteligencia, claridad de objetivos y mano fuerte es lo que esperamos quien en votamos por Usted, y muchos confundidos, que no lo hicieron, pero que se lo agradecerán cuando vean los resultados. Como en el mundial, estamos en tiempo suplementario y tenemos que ganar el partido lo cual requiere pasar con todo a la ofensiva.