Con un artículo publicado hace un poco más de un siglo titulado “The internal secretion of the pancreas” en la revista The Journal of Laboratory and Clinical Medicine, cuyos autores eran Frederick Banting y Charles H. Best, comenzó una larga historia no excepta de tropiezos en la búsqueda de una sustancia que ayudara a los pacientes diabéticos a ser controlados y sobrevivir a las complicaciones a las cuales estaban expuestos.
La experimentación en perros a los cuales se les retiraba el páncreas, órgano productor de la insulina, consistía en inyectarles extractos de “pancreas degenerado” no obtuvieron los resultados esperados. Así que, después se desarrollaron extractos con mayor actividad por su procedencia fetal y utilizaron nuevos procedimientos.
“No obstante lo anterior, el extracto pancreático aún contenía concentraciones importantes de impurezas, incluyendo un contenido excesivo de proteínas, razón por la que en el lugar de inyección se generaban abscesos estériles” Así está referido en la reseña publicada en el artículo “El descubrimiento de la insulina: continúan las controversias después de noventa años” en 2011, hecha por el grupo de investigaciones biomédicas del hospital San Pau de Barcelona, España.
Pasando de la experimentación en animales a los humanos la primera dosis del extracto pancreático elaborado por Banting a un paciente hospitalizado ocurrió el 11 de enero de 1.922, administrando una dosis de 15 ml del mismo, un líquido turbio, de color marrón claro, en dos inyecciones en cada nalga, en un chico de 14 años diagnosticado con diabetes en diciembre de 1.919. Por los resultados obtenidos la experiencia se consideró clínicamente fallida y se decidió no administrar nuevas dosis del preparado.
Luego muchos investigadores, especialmente en Toronto, Canadá, se vincularon a la investigación que culminó con la designación de Insulina al producto obtenido por Banting y Best quienes fueron premiados con el Nobel de medicina que, administrado a los diabéticos disminuía las cifras de azúcar en la sangre, sin que estuviera excepto de efectos adversos. La vinculación de la industria farmacéutica le dio un mayor impulso al desarrollo de este medicamento.
Si hacemos una consulta rápida en la página de la Organización Panamericana de la Salud encontramos sobre la Insulina lo siguiente: Esta hormona es vital para el transporte y almacenamiento de la glucosa en las células, ayuda a utilizar la glucosa como fuente de energía para el organismo. Hay varios tipos de insulina y es administrada en forma de inyecciones para el adecuado control de la diabetes sobre todo en las fases avanzadas de la enfermedad.
Entre sus efectos secundarios el más grave es hipoglicemia, una baja de azúcar en sangre que debe ser corregida inmediatamente y además aumento de peso con el uso a largo plazo. No todos los diabéticos requieren insulina para el adecuado control. Otros medicamentos inyectados –distintos a la insulina- pueden ayudar también a reducir el azúcar en sangre y secundariamente producen baja de peso.
Será muy útil que los allegados al presidente de la república Gustavo Francisco Petro Urrego le transmitan la información de lo difícil que fue sintetizar la insulina y sobre el uso correcto de este medicamento, para que no incurra en imprecisiones pretendiendo lanzar alarmas que le sirvan de argumentación y pueda justificar su pretendida reforma al sistema de salud. Esta salida en falso le sigue restando credibilidad y ocasiona baja en su aceptación al señor presidente.
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